Antes, había desdeñado las presiones republicanas para calificar como terroristas a narcos mexicanos

En contraste con la agresiva campaña de López Obrador contra legisladores y medios de comunicación de la Unión Americana, el Presidente Joe Biden ha estado atendiendo las peticiones del Gobierno mexicano para respetar sus soberanía y ahora para el control de armas, anunciando una nueva serie de medidas para limitar la circulación especialmente de las armas de asalto, responsables de numerosas masacres en su territorio, pero también del dominio del crimen organizado fuera de sus fronteras, especialmente en México.

Estoy decidido a prohibir las armas de asalto y los cargadores de alta capacidad, aseguró Biden e instó al Congreso a asumir la responsabilidad y tomar medidas drásticas contra los rifles semiautomáticos de estilo militar, que se usan con mayor frecuencia en tiroteos masivos.

Prohíban las armas de asalto, demandó entre vítores de unas 200 personas. Háganlo ahora. ¡Basta ya! Hagan algo. Hagan algo grande, pidió en referencia clara a un Congreso dividido con un Senado en manos de los demócratas y la Cámara de Representantes bajo control de los republicanos. Estos últimos han rechazado durante décadas leyes más estrictas sobre la compra de armas. La medida más importante de las promulgadas ayer es un decreto que endurece las normas sobre la verificación de antecedentes.