Las malas lenguas sugieren que la idea es ligarlo con el puente del primero de mayo, para disminuir su impacto

El equipo de campaña de la precandidata de Morena, Delfina Gómez, pidió al Instituto Electoral del (IEEM) cambiar la fecha del primer debate, debido a “cuestiones de agenda”, como si cualquier mitin o entrevista en medios pudiera tener mayor relevancia que uno de los dos debates previstos.

De ahí que algunos analistas que tienen muy comprometida su línea editorial con la causa de Ale del Moral, planteen que el propósito de posponer hacia una fecha y hora específica, porque “únicamente será posible su asistencia si se realiza el viernes 28 de abril a las 20:00 horas” y no el día 20 como estaba previsto, refleja claramente la intención de que el evento se diluya por el puente del primero de mayo.

Cabe destacar que aun cuando el Código Electoral del Estado de México establece la obligatoriedad de organizar dos debates en la elección por la gubernatura, nada obliga a las personas candidatas a asistir a ellos, por lo que, en el caso de que el equipo de Ale del Moral no acepte el cambio de fecha, doña Delfina tendría el pretexto ideal para eludir su participación en un evento que todo el mundo parece coincidir -y seguramente sus propios asesores- no le favorece mucho por ostensibles limitaciones discursivas, lo que no necesariamente se vincula con su capacidad de gobernar.

Sin embargo, y ya lo hemos planteado aquí, en Notiguía, la indiscutible capacidad discursiva de Ale del Moral no necesariamente se traduce -en un país tan polarizado como el nuestro- en una ventaja, porque las masas adoctrinadas durante años de “mañaneras” han llegado a repudiar a clases medias ilustradas y sus respectivos “intelectuales orgánicos”, porque manejan fluidamente un lenguaje técnico al que el hábil mandatario ha logrado identificar con deshonestidad.

En un escenario caracterizado por posiciones inamovibles, las claras desventajas de una candidata, dese la perspectiva de su adversaria, pueden ser grandes ventajas para sus fieles seguidores, de modo que el aparente “triunfo” en un debate podría incluso traducirse en votos en contra, porque los fieles seguidores de la “derrotada”, se sientan humillados. Ya veremos.