martes, septiembre 26

“El padrecito”, llama Alfonso Zárate a Alejandro Solalinde en su columna de El Universal

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¿Cuánto tiempo tardará Gertz en exonerar oficialmente a Francisco Garduño de la masacre en Ciudad Juárez?

“Yo creo que, cuando muera, el padre Alejandro Solalinde se irá al infierno”, suelta sin anestesia el gran analista político Alfonso Zárate, y argumenta:

“El director del albergue ‘Hermanos en el camino‘, conocido por su activismo en favor de los migrantes, no pudo resistir las tentaciones que acompañan a quienes se acercan demasiado al poder; cambió indignación por resignación y algo peor: por ambición y, así, un gobierno que aceptó poner a la Guardia Nacional y al Ejército al servicio del gobierno profundamente antimexicano de Donald Trump, ha encontrado en Solalinde a un aliado, un devoto y un cómplice”.Alejandro Solalinde visita a AMLO en el Palacio de Gobierno

“En la operación del Instituto Nacional de Migración (INM) –como en la mayoría de las dependencias del gobierno– prevalece una opacidad resguardada con el ardid de la seguridad nacional, una discrecionalidad que encubre pingües negocios al amparo del poder: contratos y concesiones a los amigos o a empresas “fantasma”. Las imágenes de la manera en que los migrantes son perseguidos e, incluso golpeados por los agentes migratorios son rutinarias y exhiben la verdadera catadura del ‘humanismo mexicano’ “.

“En su visita a Ciudad Juárez –continúa Zárate–, el presidente López Obrador fue increpado por activistas y migrantes; el manido coro de sus adeptos: ‘¡Es un honor, estar con Obrador!’ no pudo acallar los gritos de ‘¡Justicia!’ y ‘¡Gobierno asesino!’ ” y agrega:

Migrantes reclaman a AMLO política de INM

“La decisión de la Fiscalía General de la República (FGR) de proceder penalmente contra Francisco Garduño, titular del INM, Salvador González Guerrero, contraalmirante delegado de INM en Chihuahua, y Antonio Molina, director de Control y verificación migratoria, es un paso importante”, señala el columnista, sin recordar quizá el caso del general Cienfuegos, por ejemplo, que fue traído a México con la promesa de juzgarlo aquí, pero en una procedimiento fasta track se le exoneró de manera oficial.

La burra no era arisca, pero ya lo exoneró el Presidente, al mantenerlo en el cargo, igual el secretario de Gobernación, su jefe directo y corcholata principalísima. De seguro Claudia no tarda “servicial y afanocilla” (AMLO dixit) en adelantársele al fiscal florero que solo los que todavía creen en Santa Clos -no es el caso de Zárate– se forjan alguna esperanza de justicia.

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