martes, junio 17

El Tribunal de Disciplina Judicial, reflejo pleno de lo pronosticado en la “operación acordeón”

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Consejeros del INE critican la farsa democrática, mientras Taddei reparte constancias de mayoría

Por Jesús López Segura

Mientras la presidenta del INE, Guadalupe Taddei, repartía constancias de mayoría como si fueran bolos de primera comunión, una parte del Consejo General seguía lanzando alertas sobre la farsa democrática que se escenificó el pasado 1 de junio. Para quienes aún creen en los procesos electorales como vía legítima de representación, lo revelado por Martín Faz Mora fue un verdadero escándalo: en más de la mitad de las casillas instaladas en México, los candidatos ganadores coincidieron exactamente con los nombres impresos en los legendarios “acordeones” distribuidos, a todas luces, por operadores de Morena.

El consejero no exageró al calificar el fenómeno como “más grave” en la elección del flamante Tribunal de Disciplina Judicial que en los comicios para la Suprema Corte. Con 38 candidaturas disponibles y cinco lugares posibles por elector, las probabilidades de que las mismas personas ganaran de forma abrumadora en más de 43 mil casillas rozan lo ridículo desde el punto de vista estadístico. Pero en la 4T, lo ridículo se ha convertido en política pública.

El espectáculo fue grotesco: mientras unos consejeros exigían frenar la entrega de constancias y abrir investigaciones serias sobre una posible operación nacional de fraude —“propaganda ilícita pagada con recursos prohibidos”, la llamó el consejero Arturo Castillo—, otros preferían seguir el libreto oficialista de minimizar irregularidades, alegando que sólo 818 casillas habían sido anuladas, como si eso borrara el hedor de manipulación que impregnó todo el proceso.

La OEA ya prendió focos rojos, los expertos en estadística se llevan las manos a la cabeza, pero el INE oficial presume transparencia. ¿En qué democracia civilizada el órgano electoral entrega constancias mientras no se han esclarecido acusaciones de fraude sistemático? En ninguna. Sólo en los experimentos autoritarios disfrazados de consultas populares, donde el voto libre es sustituido por el voto dirigido, con acordeón en mano y la complicidad de quienes deberían vigilar la legalidad del proceso.

Lo que está en juego no es una elección aislada, sino el futuro de los contrapesos en México. Mientras Morena multiplica sus tentáculos en el Poder Judicial a través de métodos dignos del PRI de los setenta, Taddei y compañía se esfuerzan por convencernos de que la trampa fue apenas un “detalle técnico”.

El fraude ya no se esconde; se presume. Y el INE, con su presidenta a la cabeza, ha pasado de árbitro electoral a maestro de ceremonias del nuevo autoritarismo.

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