¿Le lava la cara el SAT a Grupo Salinas? LA VERSIÓN NO OFICIAL. Por Jesús López Segura

Festinan en la prensa un cobro de 2 MMP, cuando el adeudo asciende a más de 63 mil millones
En un movimiento celebrado por la mayoría de los medios (incluso los que se las dan de independientes y críticos) como una gran victoria para el Servicio de Administración Tributaria (SAT), el Décimo Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Primer Circuito resolvió que Grupo Elektra debe pagar cerca de 2 mil millones de pesos por adeudos del Impuesto Sobre la Renta (ISR) correspondientes al ejercicio fiscal de 2012.
Pero la noticia, presentada como si Ricardo Salinas Pliego hubiera finalmente recibido un revés contundente, es en realidad otra muestra del enorme poder del empresario para evadir sus obligaciones fiscales por la vía judicial, o de la proclividad inconfesable de los gobiernos de la 4té a pregonar que “por el bien de México primero los pobres”, mientras en la praxis se prodigan beneficios fobaproicos a los más ricos.
El dato clave, que casi todos los medios omitieron —o al menos minimizaron—, es que estos 2 mil millones de pesos representan apenas el 3 por ciento del total del adeudo fiscal que Elektra mantiene con el SAT, el cual asciende a más de 63 mil millones de pesos, según estimaciones oficiales y reportes de Hacienda.
Es decir, por cada 100 pesos que debe, Salinas Pliego apenas ha sido obligado a pagar 3. ¿Victoria del SAT? Más bien, una humillación presupuestaria.
Litigar hasta ganar (o hasta agotar al fisco)
Desde hace más de una década, Salinas Pliego ha hecho de los tribunales un verdadero campo de diversiones. Su estrategia jurídica es clara: fragmentar, dilatar, impugnar, cuestionar a jueces y sembrar dudas sobre la imparcialidad del Poder Judicial, todo con un solo fin: no pagar.
Incluso cuando pierde, como en este caso, gana: los tiempos judiciales permiten que su dinero siga generando rendimientos privados mientras el Estado mexicano exhibe su incapacidad para cobrar lo que le corresponde.
Peor aún: la empresa todavía puede impugnar ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), lo que podría extender el desenlace otros meses, o incluso años.
Y mientras este juicio se resuelve, otros litigios siguen en curso. La “derrota” que se festeja no es más que una pequeña pieza en el ajedrez fiscal de Salinas Pliego.
¿Y el SAT? Bien, gracias
El verdadero perdedor en esta historia no es Elektra. Es el Estado mexicano. Es el contribuyente que sí paga puntualmente el IVA, el ISR y cada impuesto local, mientras los grandes magnates ven crecer sus inmensas fortunas gracias a la docilidad incomprensible de un gobierno presuntamente de izquierda que se dobla ante los poderosos y abraza a los delincuentes.
Si acaso este juicio sirve de algo, es para recordar que el problema no es jurídico, sino político.