Sheinbaum rompe su propio guion “verde” y lanza el mayor plan de fracking de Pemex

La presidenta Claudia Sheinbaum, que en campaña se presentaba como la mandataria científica comprometida con las energías limpias, acaba de firmar la sentencia que la coloca en el lado opuesto de su propio discurso: su gobierno anunció el mayor programa de fracking en la historia reciente de Pemex, pese a las advertencias sobre contaminación de acuíferos, emisiones de metano y riesgos para la salud.

Como reveló la revista Proceso, el Plan Estratégico 2025-2035 de la petrolera —presentado ayer, 5 de agosto— contempla una expansión inédita de la fractura hidráulica para explotar gas natural y crudo de yacimientos no convencionales, en cuencas de geología compleja como Tampico-Misantla, Sabinas-Burro Picachos y Burgos. El objetivo: elevar la producción de gas natural hasta 5 mil millones de pies cúbicos diarios en 2028.

La apuesta rompe con la posición del expresidente Andrés Manuel López Obrador, quien llegó a proponer una prohibición constitucional del fracking con agua como fluido base. La justificación oficial es el “potencial” gasífero del país y la autosuficiencia energética, pero el método implica inyectar millones de litros de agua mezclada con arena y químicos —incluidos benceno y tolueno— a alta presión, para fracturar la roca y liberar los hidrocarburos atrapados.

Los impactos están documentados: más de mil casos en Estados Unidos de contaminación de fuentes de agua, emisiones de metano hasta 80 veces más potentes que el CO₂, y compuestos químicos con potencial cancerígeno, mutágeno o neurotóxico. Pero Pemex ve en esta “geología compleja” la llave para revertir una década de declive productivo, incluso si eso implica hipotecar el agua y el aire de regiones ya castigadas por la sequía y la polución.

Paradójicamente, la mandataria que prometió combatir el cambio climático inicia su sexenio con una jugada digna de las petroleras más agresivas: perforar más, más hondo y más sucio.