¿Flojitos y cooperando? LA VERSIÓN NO OFICIAL. Por Jesús López Segura
Independientemente de ideologías, hay que cerrar filas con Sheinbaum para que se sacuda la tutela de AMLO
En una entrevista con Elisa Alanís, en Milenio TV, el Noroñas hizo gala de su prepotencia machista y hasta misógina: “tu pregunta es muy majadera”, le respondió cuando tímidamente la conductora intentaba hacer su trabajo en alguno de los múltiples temas controvertidos de la 4té. Hoy por la mañana, el presidente López Obrador se burlaba de los opositores pidiéndoles que se serenen, que ya perdieron, ¿para qué seguir insistiendo cuando ya el pueblo bueno y sabio habló en las urnas?
Bernardo Barranco, el sociólogo especializado en Religión, exconsejero electoral y ahora productor de televisión, opina en Milenio diario, Edomex, que la oposición está en un proceso de postración, confusa y moralmente derrotada. Que asoman la intención de culpar a AMLO de ‘elección de Estado‘ y “más bien cierran la defensa contra la mayoría relativa en el Senado y a la espera de un batacazo que haga que la desgracia culmine en tragedia”.
Este estilo que empiezan a desarrollar AMLO y sus soldados mediáticos de pedir a los opositores que se callen, que aflojen y cooperen, ya sea con insolencia autoritaria -y encima misógina- como el Noroñas, o con amenazas veladas como la del muy respetable Barranco, a la “espera de un batacazo que haga que la desgracia culmine en tragedia”, podría irse exacerbando con el paso de los días, en pleno forcejeo por la continuidad a raja tabla, como pretende AMLO (imponiendo fechas para sus peligrosísimas reformas y nombres para el gabinete claudista), o por un saludable proceso de entrega recepción donde la voz cantante la tenga, como en todos los proceso verdaderamente democráticos, la que entra y no el que sale.
Nadie en su sano juicio tiene el menor asomo de duda de que el aparato judicial mexicano apesta. Todos quizá hemos vivido la traumática experiencia de vernos en el dilema de sobornar a un juez o resignarnos a perder un caso aunque tengamos absoluta razón jurídica y moral. Cualquier encuesta simulatoria arrojará el resultado de un clamor porque se sanee el Poder Judicial.
El problema es que hay muy buenos argumentos para pensar que la solución no necesariamente pasa por la elección popular de jueces y magistrados, lo que amerita una discusión a fondo que AMLO no está dispuesto a soportar como lo demostró esta mañana cuando un reportero le dio cátedra sobre esos riesgos y él, como de costumbre, se puso a hablar durante media hora de otras cosas para concluir que lo mejor es la democracia.
Pero, adicionalmente, la corrupción, contra lo que dice AMLO, no es privativa del aparato judicial. Sus mismos hijos y otros familiares han sido denunciados públicamente y el Presidente que gusta presentarse como el paladín anticorrupción no ha hecho absolutamente nada para aclarar los hechos, hasta el momento. Ni siquiera los más escandalosos como la grabación en la que se asienta, de manera inequívoca, que el eventual descarrilamiento del Tren Maya por la mala calidad del balastro enjaretado a los ingenieros militares por el influyentismo de sus hijos, “ya será otro pedo”.
Muy pocos son ya los que piensan que “la oposición” está constituida por priistas que se resisten a incorporarse a la marea incontenible del PRIMOR, entre los que figuran corruptazos impresentables como el Señor Ávila.
La verdadera oposición en México todavía no cobra forma partidista y tendrá que surgir de las filas de la marea rosa y de los militantes originales de Morena que se toman más en serio los principios que las personas, y han visto con tristeza las desviaciones imperdonables de un pragmatismo electorero que terminó convirtiendo a su principal líder en un descarado delincuente electoral y un ávido aspirante a dictador que pretende pasar por encima de la primera mujer elegida Presidenta por una mayoría aplastante en nuestro país.
Las Reformas del obradorismo retratan de cuerpo entero su autoritarismo dictatorial: al desaparecer las plurinominales elimina de un plumazo la representación en el Congreso de las minorías que pueden constituir potencialmente casi la mitad de la población. ¿Pude haber un propósito más oligárquico?
La adscripción definitiva de la Guardia Nacional a la Sedena es el tiro de gracia que deja en manos de la milicia la seguridad de la sociedad civil en tiempos de paz, despropósito que solo los dictadorzuelos de países bananeros, como Daniel Ortega, tienen en mente.
La elección popular de jueces, magistrados y ministros, deja en manos de la morenista Taddei y de los criminales de cualquier color en el cuello de sus camisas, la imposición dizque democrática de sus cómplices para proteger sus negocios sucios desde el Poder Judicial. Pero aunque esto no fuera necesariamente así, la certeza jurídica quedaría de cualquier forma muy vapuleada, y con ello eliminada la gran oportunidad histórica del ‘nearshoring’ para nuestro país. Claudia tiene que ponerse firme, o resignarse a empezar con el pie izquierdo.
Es imperativo que todos cerremos filas, independientemente de ideologías, con Claudia Sheinbaum para impedir que el dictador en potencia de Palacio Nacional quiera reubicar el poder presidencial en Palenque, y restaurar, así, un maximato patriarcal que impida, por enésima vez, el empoderamiento real de las mujeres.