Curioso que la aprehensión tenga lugar a días de la reunión de AMLO con Biden

Por Jesús López Segura

Parece que la captura para extradición del “Nini” es el precio que tuvo que pagar AMLO a Biden, por haber andado echándole los perros a su esposa en la famosa cena donde al seductor presidente mexicano, probablemente se le pasaron los tragos, como cuando le resultó imposible pronunciar la palabra Badiraguato.

Lo curioso de que luego de ese tipo de reuniones (como la celebrada recientemente de la APEC) donde los gringos parecen jalarle las orejas a don Andrés, por hacerse como que la virgen le habla ante el pavoroso asunto del fentanilo, no es tanto que el mandatario mexicano actúe de inmediato para atrapar cabezas emblemáticas de criminales reclamados por Estados Unidos, sino la evidencia de que el jefe supremo de las fuerzas armadas demuestra, así, que cuando quiere, tiene esa capacidad de capturar a la mafia del poder criminal, pero por alguna incomprensible razón (o sinrazón) lo hace solo cuando el reclamo de los gringos se pone más enérgico.

Y eso no es solo “curioso” y sorprendente, sino en extremo preocupante, porque conductores de televisión de Argentina y España, entre otros, son cada vez más desparpajados en sus señalamientos de que nuestro mandatario sostiene pactos de impunidad, no solamente como el que honra con Enrique Peña y sus demás predecesores en el cargo, sino con los grupos criminales.

¿De qué otra forma se explica la política de abrazar a la delincuencia y regañarlos con sus abuelitas para que se porten bien, en vez de hacerles caer todo el peso de la ley a esos desalmados multihomicidas, como sería su obligación más primaria?

Por lo pronto, el “jefe de seguridad” de Los Chapitos que todavía quedan libres haciendo de las suyas, es decir, Archibaldo y el otros que no recuerdo su nombre, carecía en absoluto de seguridad, como el herrero que tiene en su casa mesa de palo, lo que facilitó que el tremendo convoy de militares que lo capturó en un fraccionamiento lujoso de Culiacán, realizara su encomiable tarea sin derramamiento de sangre. El operativo fue tan poderoso y bien pertrechado que exhibía el temor de provocar un nuevo “culiacanazo“.

Viendo que la influencia de los gringos es tan determinante y las televisoras extranjeras se burlan en tan fea forma de nuestro amado presidente, no pasará mucho tiempo para que las familias de las víctimas de desaparición y de los más de 170 mil asesinatos dolosos en la administración obradorista, impulsen la idea de exigir la intervención gringa en los gravísimos problemas de inseguridad en México, vía la consideración de las actividades criminales de nuestros cárteles transnacionales como terrorismo vil.

La ocasión de una probable reelección del facho Donald Trump se presta a esa posibilidad a las mil maravillas, sobre todo cuando su buen amigo, nuestro seductor mandatario, se haya retirado a gozar de su jubilación en La Chingada.