jueves, septiembre 26

La gestión de salud de López Obrador: un retroceso marcado por la desatención y el desvío de recursos

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Muy lejos de lograr la demagógica promesa de superar a Dinamarca y al mundo en eficiencia sanitaria

Por Jesús López Segura

Contra la retórica fantasiosa del Presidente mexicano sobre “el mejor sistema de Salud del mundo”, el sexenio de Andrés Manuel López Obrador será recordado como una época de profundos retrocesos en el sistema de salud mexicano, marcado por la desaparición de recursos y una evidente crisis en la atención médica pública. A lo largo de seis años, el sector salud ha experimentado lo que muchos expertos califican como uno de los peores periodos en décadas, con resultados catastróficos tanto en la calidad de los servicios como en el manejo de los recursos destinados a la salud, y muy destacadamente la escasez de medicamentos.

Desvío de fondos y opacidad en la gestión de recursos

El doctor Éctor Jaime Ramírez Barba, diputado del PAN y exfuncionario del IMSS e ISSSTE, denunció que durante este sexenio desaparecieron 60 mil millones de pesos destinados a las instituciones de salud, lo que contribuyó a una crisis generalizada. Ramírez Barba acusa al gobierno de haber gestionado más de 4.5 billones de pesos en total para el sector, sin ofrecer resultados visibles ni rendición de cuentas. A este desvío de fondos se suma la eliminación del Seguro Popular y la creación del fallido Insabi, lo que dejó a millones de mexicanos sin cobertura médica.

En particular, los recursos destinados al programa de vacunación se redujeron en 11 mil millones de pesos, exacerbando una crisis de desabastecimiento que ha impactado la atención médica de millones de personas. Ramírez Barba critica la creación del IMSS-Bienestar, una institución que, según él, centralizó los recursos de salud en unas pocas manos, sin garantizar eficiencia ni transparencia.

En el  sexenio desaparecieron 60 mil millones de pesos destinados a las instituciones de salud

En el sexenio desaparecieron 60 mil millones de pesos destinados a las instituciones de salud

Desplome de la atención pública y auge de la privada

A la par de las denuncias por el desvío de recursos, José Narro Robles, exsecretario de Salud y exrector de la UNAM, subrayó el desmantelamiento del sistema de salud público y el consecuente aumento en la demanda de servicios privados. Según la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica 2023 del INEGI, entre 2018 y 2023, las atenciones en las instituciones públicas disminuyeron en 14.2 millones, mientras que en el sector privado aumentaron en 18.3 millones.

Este fenómeno no sólo muestra la incapacidad del gobierno para mantener un sistema de salud funcional, sino que también evidencia cómo el deterioro de la atención pública ha forzado a millones de mexicanos a buscar soluciones costosas en el ámbito privado. En el mismo periodo, la carencia por acceso a los servicios de salud aumentó drásticamente, pasando de 20.1 millones de personas en 2018 a más de 50 millones en 2022, según cifras del Coneval.

Durante el sexenio hubo carencia de medicamentos

Durante el sexenio hubo carencia de medicamentos

Pandemia y gestión deficiente

La pandemia de COVID-19 llegó en un momento crítico para el sistema de salud mexicano, que ya había sido debilitado por las decisiones del gobierno. Narro Robles critica la improvisación y la arrogancia con la que se gestionó la emergencia sanitaria, desde la falta de preparación hasta la negativa de las autoridades a escuchar a expertos. Este manejo negligente, según datos del INEGI, resultó en cerca de 830 mil muertes en exceso entre 2020 y 2022.

Un sistema de salud deteriorado

Ambos especialistas coinciden en que la administración de López Obrador no sólo no mejoró el sistema de salud, sino que lo deterioró gravemente. A pesar de que en 2018 ya existían áreas de oportunidad, las instituciones lograban responder a las demandas de la población. Sin embargo, el balance final del sexenio deja un sistema devastado, con servicios centralizados, descoordinación entre niveles de gobierno, un abasto irregular de medicamentos y millones de personas desatendidas. Mientras el gobierno promete un sistema de salud “mejor que el de Dinamarca“, la realidad pinta un panorama de retroceso y abandono.

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