5 mil 300 mujeres desaparecidas en el Estado de México. Su destino, la trata: El País
Un delito que permanece oculto tras la falta de acción efectiva y la corrupción de las autoridades
Un informe reciente de tres organizaciones de derechos humanos retomado por Beatriz Guillén en un reportaje para El País, revela una estrecha relación entre la desaparición de más de 5,300 mujeres en el Estado de México y las redes de trata sexual, un delito que permanece oculto tras la falta de acción efectiva y la corrupción de las autoridades. Este vínculo, calificado como “causa y consecuencia”, refleja un contexto de violencia estructural contra las mujeres, exacerbado por un sistema judicial fragmentado y falto de recursos.
Violencia invisible y burocracia ineficaz
La trata sexual, operada tanto por cárteles como por pequeñas células familiares, ha sido difícil de rastrear debido a la falta de denuncias y la recopilación deficiente de datos. En lo que va del año, se han registrado 99 denuncias en la entidad, la mitad de ellas por explotación de niñas menores de edad. Sin embargo, los números oficiales apenas rozan la superficie del problema. El informe detalla que la coordinación entre fiscalías especializadas es prácticamente inexistente: las carpetas de investigación se limitan a resúmenes parciales que dificultan abordar los casos de manera integral.
Testimonios desgarradores y complicidad oficial
Historias de víctimas sobrevivientes muestran un patrón recurrente de secuestros, torturas y manipulación, a menudo con la complicidad de las autoridades. Un caso emblemático es el de una joven de Toluca, rescatada tras meses de cautiverio bajo el control del cártel de la Familia Michoacana. Su experiencia expuso la connivencia entre sus captores y agentes de la policía.
Recomendaciones urgentes
El informe exige medidas contundentes:
Mejorar la coordinación interinstitucional entre fiscalías locales y federales.
Reconocer la trata como línea de investigación prioritaria en casos de desaparición.
Incrementar presupuestos y capacidades operativas, incluyendo más refugios y personal capacitado en derechos humanos.
La normalización de la trata sexual en el Estado de México subraya la urgencia de atacar no solo las redes criminales, sino también el sistema que perpetúa su impunidad. Sin una respuesta coordinada, las desapariciones seguirán alimentando este ciclo de explotación y violencia.