Trump desata una nueva guerra comercial con aranceles del 25% al acero y aluminio

Acusa a sus vecinos de no hacer lo suficiente para impedir la entrada ilegal de fentanilo y migrantes
Estados Unidos ha reactivado su política arancelaria agresiva bajo la administración de Donald Trump, imponiendo un 25% a todas las importaciones de acero y aluminio. La medida, que golpea de lleno a sus principales socios comerciales, se basa en una estrategia de presión económica que mezcla proteccionismo con chantajes políticos.
Canadá es el país más afectado, ya que suministra el 50% del aluminio y el 20% del acero que importa EE.UU. México y Brasil también sentirán el impacto, al igual que naciones como Corea del Sur, China y Alemania. La industria automotriz, la aeroespacial y el sector petroquímico estadounidense dependen en gran medida de estos insumos, por lo que el aumento de costos podría traducirse en inflación y pérdida de competitividad.

Trump impone aranceles a acero y aluminio de México y otros países
Trump justifica estos aranceles como una forma de presionar a sus vecinos para que frenen la migración ilegal y el tráfico de fentanilo, lo que pone en serios aprietos al gobierno de Claudia Sheinbaum, en la medida en que crecen los rumores sobre la presunta protección del gobierno anterior, encabezado por su padrino político, hacia los cárteles del narcotráfico, quienes presuntamente habrían financiado sus campañas. No es la primera vez que Trump utiliza los aranceles como arma política, pero esta vez lo hace sin concesiones ni excepciones, afectando incluso a aliados tradicionales como Canadá y México.
Los mercados reaccionaron con nerviosismo. Wall Street ha experimentado caídas significativas, y analistas advierten sobre una posible recesión. Mientras Trump insiste en que estas medidas fortalecerán la economía estadounidense, el costo real podría ser una escalada inflacionaria y un mayor aislamiento comercial. La incertidumbre es el único resultado seguro de esta estrategia de confrontación.