También se muerde la lengua con Zelenski: “Todo lo que sale de su boca causa problemas”

Con su habitual desparpajo y su infalible olfato para la hipocresía, Donald Trump ha vuelto a hacerla de vocero de sí mismo. En una publicación nocturna en su red Truth Social, el presidente de Estados Unidos afirmó que Vladimir Putin “se ha vuelto absolutamente loco” y que “está matando innecesariamente a un montón de gente”, no solo soldados. Como si se acabara de enterar de que la guerra no es precisamente un juego de mesa.

“Siempre he tenido muy buena relación con Vladimir Putin (…), pero algo le ha pasado”, escribió Trump, en un intento de desmarcarse del autócrata ruso con el que ha compartido más de una sonrisa y algún que otro elogio. ¿Ahora resulta que el hombre que nunca encontró motivos para sancionar duramente al Kremlin durante su primer mandato ha descubierto que Putin lanza misiles sin razón? Milagro de la madrugada.

Y como no podía faltar el toque de amenaza grandilocuente, Trump advirtió que, si Rusia quiere “toda Ucrania, no solo un pedazo”, eso llevará a “la caída de Rusia”. Eso dice el mismo que quiere agandallarse el Canal de Panamá, comprar Groenlandia, intervenir en México, anexarse a Canadá y amenaza con aranceles al resto del mundo.

Pero Trump no se detuvo ahí. También disparó contra el presidente ucraniano Volodimir Zelenski, al que acusó de hablar demasiado: “Todo lo que sale de su boca causa problemas, no me gusta, y será mejor que pare”. Una joya de consejo diplomático con mordedura de lengua incluida, viniendo del hombre cuyo discurso invariablemente está plagado de insultos y mentiras.

Trump, fiel a su costumbre de lavarse las manos, cerró su monólogo responsabilizando a Joe Biden por la guerra en Ucrania: “Este conflicto nunca habría comenzado si yo fuera presidente”. Y para rematar, repartió culpas a diestra y siniestra: “Esta es la guerra de Zelenski, Putin y Biden, no la de ‘Trump‘. Yo solo estoy ayudando a apagar los grandes y feos incendios causados por incompetencia y odio”.

Claro, porque según Trump, él no enciende fuegos: solo observa, critica y, por supuesto, se presenta como el único bombero disponible… mientras sostiene un bidón de gasolina en la otra mano.