A Sheinbaum no le preocupa su pueblo: conductora de Fox News. AL GRANO. Por Jesús López Segura

¿Trump amenaza al mundo en lo comercial, para encubrir sus planes de intervención militar en México?
El estire y afloje entre los gobiernos de México y EE. UU. gira sobre dos ejes que invariablemente se confunden, de manera claramente deliberada, para eludir el compromiso del gobierno mexicano de atacar el problema de la migración y el tráfico de fentanilo de la forma contundente que exige Donald Trump.
Uno de esos ejes es el comercial, campo en el que el mandatario gringo juega alegremente el papel de la Chimoltrufia, porque como dice una cosa, dice otra y un día amenaza con aranceles y al siguiente se desdice. En esa parte de la narrativa de los trumpicones, lo que pesa para sus divertidos devaneos y desistimientos mensuales no es la actitud tranquila de Sheinbaum o la cabeza caliente de Trudeau y su sucesor, sino la presión de su equipo y de empresarios que le hacen ver que una guerra comercial contra todo el mundo puede figurar como una prioridad en su mente pendenciera y revanchista, pero difícilmente se podría erigir como una estrategia eficaz para su proyecto de make America great again.
En este eje comercial los vecinos se muestran complacidos: El secretario de Comercio de Estados Unidos, Howard Lutnick, elogió ayer que tanto México como Reino Unido no hayan respondido con contramedidas a la imposición de aranceles de 25 por ciento a las importaciones de acero y aluminio de su país. Buenos chicos. Buenos chicos parecía decir Lutnick. Los británicos no respondieron, los mexicanos tampoco, hay países que analizan cuidadosamente cómo hacen negocios con nosotros, ponderó Lutnick en entrevista con Bloomberg Television.
El otro eje de la narrativa del mandatario KKK es el relacionado con el tema de los cárteles que, según esa misma narrativa, dominan gran parte de su patio trasero, con las insinuaciones persistentes de hacer efectiva la legislación doméstica que les permite perseguir a los recién declarados “terroristas” en cualquier parte del mundo, sin tomarse la molestia de considerar soberanías o fronteras.
En este otro eje del forcejeo, el discurso no es nada complaciente: “Para mí es increíble pensar que a Donald Trump le preocupa más lo que está pasando con los cárteles dentro de México ¡que a Sheinbaum!, pero eso soy yo”, expresó Rachel Campos-Duffy, conductora de Fox Noticias, en la primera entrevista en español que concede el secretario de Estado norteamericano, Marco Rubio, quien insistió en su inamovible convicción de que los cárteles de las drogas en México tienen dominio total en vastas zonas del territorio y que si bien el gobierno de Sheinbaum ha hecho mucho más que todos los anteriores, en poco tiempo, todavía no es suficiente para evitar el tráfico de fentanilo y migrantes hacia los Estados Unidos.
–¿Es México un narcoestado? –le preguntó Campos-Duffy.
“Lamentablemente sabemos que hay gran parte del territorio mexicano que es controlado por los cárteles, estos elementos criminales. Incluso en muchos de estos lugares son muy poderosos, por la corrupción que existe a niveles judiciales”.
En este punto, Rubio reveló lo que parece ser la estrategia del gobierno de Claudia Sheinbaum para esquivar la convicción de Trump y todo su equipo de colaboradores sobre la existencia de narcopolíticos mexicanos que presuntamente protegen a los cárteles, estrategia que, por lo dicho textualmente por Rubio, consiste en culpar al aparato judicial mexicano, “próximo a renovarse democráticamente”, para eximir a quienes conforman listas de ex gobernadores y otros funcionarios de altísimo nivel, empezando por el propio AMLO, que circulan profusamente entre los “comentócratas” maldecidos por el régimen claudista:
“Sabemos también, nos han dicho esto directamente de México, que en muchos de estos casos lo que impide cooperar es que existe niveles de corrupción e influencia sobre el ramo jurídico del país, que es muy peligroso”, soltó el secretario de Estado.
EU no descarta acción militar directa contra los cárteles
Por su parte, Ronald Johnson, ex militar de fuerzas especiales y veterano de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) nombrado por el presidente Donald Trump como el próximo embajador en México, declinó descartar la posibilidad del uso unilateral de fuerza militar contra cárteles de narcotráfico en territorio mexicano.
La experiencia de Johnson como asesor militar durante la guerra civil en El Salvador donde estableció una buena relación con el presidente Nayib Bukele, ha generado preocupación entre los círculos soberanistas y defensores de Derechos Humanos en México, porque con su nombramiento se completa el cuadro de halcones en el Team América, conformado, de manera inequívoca, para intervenir en México de manera hostil.
Quienes piensen que se trata de exageraciones de comentócratas paranoicos o chayoteros del viejo régimen, no han evaluado los alcances de un racista con poder omnímodo que desprecia profundamente al pueblo mexicano y, encima, acostumbrado a salirse con la suya de manera indistintamente legal o ilegal. Ya veremos.