“Pam Bondi no está muy informada”: Sheinbaum, atrapada en el dilema de actuar, o proteger a AMLO

En una comparecencia digna de la Guerra Fría, la fiscal general de Estados Unidos, Pam Bondi, incluyó a México en la lista de “adversarios extranjeros” al lado de pesos pesados como Irán, Rusia y China. La razón: el fentanilo, droga que —según sus palabras— está “matando a nuestros hijos” y que, afirma, entra a su país desde territorio mexicano con la complacencia o la incompetencia del gobierno vecino. “Nos enfrentamos a enemigos que intentan matarnos físicamente o a través de la droga”, sentenció, sin pestañear.

Mientras tanto, del otro lado del Río Bravo, la presidenta Claudia Sheinbaum, imperturbable, responde que “Pam Bondi no está muy informada”. Y para demostrarlo, presume que México y Estados Unidos están a punto de cerrar un nuevo acuerdo de seguridad, derivado de fructíferas reuniones de alto nivel. No hay enemistad —dice— sino cooperación, respeto y coordinación entre iguales. Asegura incluso que habrá comunicados y evidencia de visitas cruzadas entre mandos militares. Como si un boletín bastara para disipar el señalamiento más grave en la historia reciente de la relación bilateral.

La escaramuza diplomática se completa cuando Bondi elogia con entusiasmo a Donald Trump por su mano dura, al tiempo que amenaza con sanciones, designaciones de terrorismo y, claro, militarización de la frontera, mientras Sheinbaum insiste en que “nadie se subordina” y que México no será “piñata de nadie”.

La pregunta incómoda es inevitable: ¿cómo puede hablarse de éxito diplomático cuando el principal socio comercial de México lo mete en la misma categoría que regímenes como los de Teherán o Moscú? ¿Cómo encaja esa supuesta relación de iguales cuando el vecino del norte te llama enemigo, te responsabiliza por una epidemia de muertes por sobredosis y levanta cada vez más zonas militares en la frontera?

Lo cierto es que mientras Bondi acusa y amenaza, Sheinbaum resta importancia y celebra avances. Pero la balanza geopolítica no se inclina con discursos: el etiquetado de México como adversario no es un desliz verbal, sino una declaración que puede justificar desde sanciones financieras (que ya se perfilan contra bancos y la casa de bolsa Vector, de Alfonso Romo) hasta intervenciones militares delineadas con claridad en la frontera y los límites aéreos y marítimos. Y mientras en Palacio Nacional se canta victoria con cada reunión bilateral, en Washington ya se prepara el terreno para actuar como si México fuera parte del problema… y no del diálogo.

La actitud aparentemente irracional de la mandataria mexicana ante hechos que prenderían todas las luces rojas en cualquier otra nación, en realidad parecen reflejar el dilema terrible que la aprisiona: sus ansias de hacer lo correcto, frente al compromiso de proteger a su antecesor en el cargo.

¿Qué apuntan tres de los más destacados comentócratas al respecto?

1. Carlos Loret de Mola – Otro expediente salpica de narcopolítica a AMLO
Tema central:
Estados Unidos acusa a Vector Casa de Bolsa, propiedad de Alfonso Romo (exjefe de la Oficina de la Presidencia con AMLO), de realizar transacciones por 40 millones de dólares con Genaro García Luna, lo que podría implicar vínculos con el narcotráfico.

Puntos clave:

Pam Bondi calificó a México como “enemigo” de EE.UU., lo que refleja un deterioro profundo de la relación bilateral.

Denuncia el cinismo del gobierno mexicano que protege a Romo y otros señalados.

El autor ironiza sobre la postura oficial mexicana, subrayando que si Sheinbaum no pretendiera encubrir a AMLO, el escándalo no sería tan grave.

2. Mario Maldonado – La bomba que soltó en México el Tesoro de EU
Tema central:
La designación por parte del Departamento del Tesoro de tres instituciones financieras mexicanas (CIBanco, Intercam y Vector) como partícipes en lavado de dinero del narco es un golpe estratégico y político al gobierno mexicano.

Puntos clave:

Estados Unidos lleva meses advirtiendo sobre la necesidad de combatir el lavado de dinero ligado al fentanilo, sin respuestas concretas más allá de la retórica colaboracionista en abstracto.

La sanción implica bloqueo de activos, salida del sistema financiero estadounidense y daño reputacional severo.

La inclusión de Vector (de Romo) tiene una clara carga política: se trata de un hombre cercano a AMLO y clave en su llegada al poder.

Hacienda y las instituciones señaladas niegan los cargos y piden pruebas, pero Washington ya no confía en la colaboración mexicana.

La CNBV, a cargo de un funcionario sin experiencia y cercano a AMLO, también es señalada por su ineficiencia y permisividad.

La situación se agrava con la declaración de México como adversario extranjero por parte de Pam Bondi, en línea con la política de Trump.

3. Salvador García Soto – El amigo empresario de AMLO, ¿lavador del narco?
Tema central:
La acusación contra Vector Casa de Bolsa no es sólo financiera, sino que es vista como un mensaje político directo al expresidente López Obrador, por sus vínculos con Alfonso Romo.

Puntos clave:

FinCEN acusa directamente a Vector, CIBanco e Intercam de ser facilitadores financieros del narcotráfico mexicano.

Las operaciones incluyen envíos de dinero a China para comprar precursores de fentanilo.

Romo no es un empresario cualquiera: fue el puente entre AMLO y los grandes empresarios, y su implicación afecta directamente al prestigio del expresidente.

La respuesta de Hacienda es tibia y pide más información, lo que para García Soto evidencia la debilidad del Estado mexicano ante la presión internacional.

Termina remarcando que Estados Unidos ya no considera a México un socio confiable, sino un “adversario que droga a sus hijos”.