Niega Margarita Zavala “pacto secreto” entre Calderón y Peña: Por Jesús López Segura. La Versión no Oficial
Abusa del autoelogio en entrevista con Carlos Loret
https://youtu.be/fGXe5xyzas8
Niega Margarita Zavala que exista un pacto secreto entre su esposo, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto “para desfundar al PAN. Eso es una barbaridad”, dice en entrevista en el programa Despierta, de Televisa, ante una pregunta muy mal formulada por el patiño de Carlos Loret, Enrique Campos:
“Una de las versiones que han corrido o que se han dejado correr, es que hay un pacto entre Felipe Calderón y Enrique Peña para desfundar al PAN“, le comenta Campos -porque no puede llamarse pregunta- a la esposa de Calderón. Y le digo así (“la esposa de Calderón“) y no Margarita, como se refieren a ella sus fans, sin ningún ánimo misógino, pero sí con la intención de ligar a esta respetable dama con la cauda genocida del gobierno de su marido, empecinado en una guerra contra el narco que cobró durante su sexenio más de 130 mil vidas. La discreción de su desempeño como primera dama, que sus admiradores ven como una virtud -porque la comparan con el protagonismo majadero de Martha Sahagún– para mí significa que fue incapaz de hacer su parte para detener el genocidio de su marido, lo cual está muy lejos de ser una virtud.
La única referencia a un “pacto secreto entre Calderón y Peña” es la que hemos “dejado correr” en Notiguía -como dice Campos– pero en esta hipótesis, el propósito no sería “desfundar” -quizá Campos quiso decir desfondar- al PAN. No. El pacto ya no tan secreto entre Peña y Calderón que planteamos -inspirados en el extraordinario libro de Álvaro Delgado El Amasiato– precisamente se hizo para impedir el triunfo de López Obrador imponiendo al propio Calderón en el 2006 -con la ayuda de votos obsequiados por Peña, y desfondando la candidatura de Josefina Vázquez en el 2012 y en la elección mexiquense del 2017, para el triunfo del peñismo en ambos casos.
Según nuestra hipótesis, tocaría ahora que el PRI, completamente en la lona de las preferencias ciudadanas, respaldara secretamente al candidato del PAN, no que lo desfonde y que incluso postule a un prianista híbrido como Meade– pero debido a que Calderón no pudo imponer a Margarita -la opción del pacto secreto– por la rebelión de Anaya, entonces la mandan como independiente (con el apoyo nada discreto del gobierno y de sus medios de prensa controlados) a fin de que le robe votos al Frente anayista y decline eventualmente en favor de José Antonio Meade, si este prospecto idóneo del prianismo resulta ser el candidato del PRI, como lo propone Videgaray.
En otro escenario, si el delfín de Peña, Aurelio Nuño, logra imponerse como candidato del PRI, entonces el apoyo del sistema se volcaría en favor del frente anayista, aunque de manera muy discreta, como se hizo en el Estado de México con Juan Zepeda, abriéndole espacios en los medios y soltándole todo el dinero del mundo por abajo del agua, a fin de restarle votos a López Obrador, fragmentando al máximo las opciones opositoras e “independientes” hasta tal punto, que el voto duro del PRI alcance para el triunfo de Nuño.
Enrique Campos debería hacer un esfuerzo para plantearse escenarios un poco más complejos que el de simplemente “desfundar al PAN“. ¿No cree usted?
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