AMLO parece sentirse muy a gusto con la derrota aplastante de “su partido” en Coahuila e Hidalgo. LA VERSIÓN NO OFICIAL. Por Jesús López Segura
Se especula que el PRI-MOR podría también imponerse en el Estado de México el año entrante
Algunos voceros locales del priismo atracomulquense vaticinan que la entidad gobernada por el primo de Enrique Peña Nieto, Alfredo Del Mazo, podría emular la hazaña del priismo coahuilense, que le sorrajó una zurra inesperada al todavía considerado “partido del presidente López Obrador” el pasado fin de semana.
Alegan que a las entidades que se negaron a reproducir los vaticinios triunfalistas de un morenismo tan ensoberbecido como confrontado y corrupto, podría sumarse el Estado de México, donde no ha habido alternancia gubernamental en 90 años de dominio dinosáurico y donde las relaciones del Gobernador con el Presidente López Obrador son poco menos que espléndidas.
Con Del Mazo, los arrumacos de la secretaria de Gobernación son más intensos que los que jamás podrían haber soñado Omar Fayad o Miguel Ángel Riquelme. Las relaciones del cachorro del Grupo Atlacomulco, hijo y nieto de gobernadores priistas, con el mandatario nacional y su gabinete, han sido tersas y productivas. Miel sobre hojuelas. Sin mencionar la penosa subordinación del Congreso morenista comandado por Maurilio Hernández, lacayo del GAP, ante el señor gobernador.
Estos hechos que parecen perfilar un primoroso acuerdo del priismo mexiquense con López Obrador, determinado indudablemente por el interés prioritario del Presidente en desbrozarle el camino al aeropuerto de Santa Lucía y sus redes de conexión, luego de su arriesgada apuesta de cancelar el de Texcoco -evento que lo distanció de Higinio Martínez, pero no de Horacio Duarte, el muy probable próximo gobernador- no significan que AMLO apoyará a los candidatos del PRI, sino que simplemente se abstendrá de jugar el papel de “garante” que había prometido cumplir, por encima del INE, para impedir desviaciones fraudulentas en el proceso electoral como las que ocurrieron en Hidalgo y Coahuila y que el mandatario dejó pasar avalando las resoluciones que formule, en tiempo y forma, la autoridad electoral.
Así que los voceros del priismo mexiquense apuntan con algarabía incontenible que el PRI está de regreso en la entidad, pero olvidan una consideración importante: a diferencia de Coahuila, donde el gobernador Miguel Ángel Riquelme es uno de los 5 mejor evaluados en el país, Alfredo del Mazo es quizá el peor evaluado de todos, pues ha estado dentro de los 3 más impopulares durante varios meses y en algunos se ha ostentado como el campeón del rechazo ciudadano.
La comparación con Omar Fayad no es tan desventajosa, como lo apunta correctamente el análisis “Off the Record” del diario Plana Mayor, pero ello se debe a que el desgaste de Fayad lleva casi un año más que el de Del Mazo, quien alcanza en la última medición apenas 33% de aprobación.
“No somos iguales”, podrían decirle Fayad y Riquelme a los jilgueros delmacista que vaticinan una réplica triunfal -muy alejada de la realidad- para el año próximo en el Estado de México. ¿Por qué?
La respuesta es demasiado obvia pero el mandatario mexiquense no ha querido, hasta ahora, visibilizarla -como dicen las feministas-. El gobernador es amable, inteligente y tiene muy buena presencia. ¿Por qué entonces es tan repudiado?
Del Mazo ha apostado todo a su famosa tarjeta rosa para el posicionamiento de su mandato en el ámbito mediático, suponiendo equivocadamente que esa campaña incidirá en el ánimo popular. Pésimamente asesorado en ese rubro, el jefe del Ejecutivo genera una contrapropaganda costosísima en perjuicio propio, puesto que sus mismos encargados de publicitarla, la han pervertido, al condicionar la entrega de precarios apoyos, a la indignante labor de elogiar al mandatario en redes sociales, como lo confesó, increíblemente, el torpe coordinador de Comunicación Social en entrevista con SinEmbargo.
No se necesita ser un genio para determinar que la falta de popularidad de don Alfredo no solamente no ha podido contrarrestarse a lo largo de 3 años de intensa propaganda rosa, sino que empeora día con día porque las personas humilladas por ese condicionamiento que Jorge Pérez Zamudio considera “una buena idea para ahorrar recursos en comunicación social”, constituye una afrenta para los amigos y parientes de todas esas damas pobres, insultadas y convertidas en matraqueras por una limosna bimestral.
Si a ello sumamos el bajísimo perfil que esos mismos asesores de imagen y comunicación social le han recomendado al mandatario en materia de feminicidios, para tomar un ejemplo que se vincula desventajosamente con la tarjeta rosa, habida cuenta del trágico porcentaje de asesinatos de mujeres mexiquenses, un perfil tan bajo que raya en la política del avestruz, no veo cómo el gasto publicitario color de rosa y la respuesta burocrática de una Secretaría de la Mujer, pueda de algún modo perfilar para el PRI mexiquense el día de campo que significó la elección en Coahuila y en menor grado en Hidalgo.
El pésimo asesoramiento para don Alfredo culmina con el desplante burocrático de la creación de una Secretaría de la Mujer -a costa de sacrificar y minimizar a otras dependencias- habiendo mantenido, para colmo, 3 años a la ex amante de Genaro García Luna en la Secretaría de Seguridad, hasta que se vio obligado a despedirla por la alharaca causada por el libro de Francisco Cruz, “García Luna, el Señor de la Muerte“, donde se ubica a Maribel Cervantes como el contacto del ex secretario de Seguridad de Felipe Calderón con grupos criminales, situación extremadamente delicada frente a la que los asesores del gobernador le han recomendado, como de costumbre, guardar un comprometedor silencio.
Dudo mucho, por lo demás, que en Hidalgo y Coahuila exista una saludable corriente, inteligente y activa, que promueva entre las bases de la auténtica militancia morenista un frente de resistencia ante las traiciones de los grupos hegemónicos del Movimiento, como la que encabeza el incansable Daniel Serrano ante las desviaciones cada vez más descaradas del GAP. Ya veremos.
