Soberanía, ¿instrumento de la dictadura? LA VERSIÓN NO OFICIAL. Por Jesús López Segura
Dice Proceso que la DEA “traicionó” a Calderón por espiar y encarcelar a Genaro García Luna
Independientemente de los detalles contenidos en los acuerdos de cooperación de la DEA en la lucha contra el narcotráfico en México, el espíritu de dichos acuerdos apunta a desmantelar el poder narco en nuestro país, “en colaboración con las autoridades mexicanas” lo que, lejos de ser un propósito altruista de nuestros vecinos, representa un reto prioritario para ellos, en la medida en que es desde México que se les inunda con drogas mortales como el fentanilo, con resultados trágicos para su población.
Ahora bien, constituye una paradoja que la colaboración con las autoridades mexicanas de repente se erija como un obstáculo para las investigaciones, habida cuenta de casos como el de Genaro García Luna que era, al mismo tiempo que el objetivo fundamental de esa lucha contra el narco, la autoridad con la que se debería “colaborar”.
Equivale a que Elliott Ness hubiera firmado un acuerdo de colaboración con Al Capone, en una presunta “lucha contra los gánsteres de la prohibición.”
Cuando Calderón se hace de la vista gorda y admite las fechorías de García Luna, pero jura que no estaba enterado, lo que en realidad hace es avalar las acciones de la DEA en contra de su ex brazo derecho en materia de Seguridad, y de ninguna manera podría, simultáneamente, decir que se siente “traicionado” en lo personal y violada la soberanía nacional por la agencia norteamericana, como asegura en su confusa nota la revista Proceso. https://www.proceso.com.mx/reportajes/2024/7/1/la-dea-violo-la-soberania-de-mexico-traiciono-calderon-pena-nieto-332011.html
Es muy diferente el caso del General Salvador Cienfuegos, perfilado por la DEA a convertirlo en el García Luna del peñismo, pero rescatado con desplantes demagógicos de soberanía, y con tintes de histeria nacionalista por la administración de López Obrador, con la amenaza de que, si no era devuelto a México de inmediato -donde fue exhonerado en fast track-, se expulsaría de nuestro país a todos los miembros de la Agencia norteamericana.
Cuando don Andrés alega, indignado, que ni “la señora esa Anabel Hernández“, ni la DEA aportan absolutamente ninguna prueba que lo incrimine como receptor de dinero del narcotráfico para sus diversas campañas por la Presidencia de México, olvida mencionar que las pruebas testimoniales presentadas tienen idéntica validez que las que llevaron a García Luna a la cárcel, y que los trabajos de la gran periodista de investigación, orgullosamente mexicana, así como los informes de la propia DEA dejaron en claro que no se dio por terminada la investigación sobre el actual presidente de México porque se le hubiera encontrado inocente, sino porque dada su relevancia política, seguir con el proceso judicial hubiera podido interpretarse como una violación a la soberanía mexicana.
Hay muchos ejemplos de dictaduras bananeras, narcogobiernos y administraciones genocidas como la de Hitler que escudan sus infinitas ansias de poder absoluto ante el resto del mundo y ante sus hipnotizados pueblos, en conceptos prostituidos de “nacionalismo” y “soberanía”.