El Jefe Máximo impuso, a través del insufrible Adán, la reelección de una Piedra en la CNDH
“Es una decisión del Senado y hasta ahí”, respondió lacónica Claudia Sheinbaum sobre la reelección de Rosario Piedra en la CNDH, luego de ser la peor calificada por su alineamiento descarado de 6 años con los abusos de los militares contra el pueblo al que debería representar, además de su vergonzosa exposición en el fraude de presentar una carta apócrifa del obispo Raúl Vera. Y es que el Jefe Máximo celebraba su cumpleaños con un auto obsequio que delinea los perfiles de la nueva tiranía.
Fue de veras de pena ajena. Todo el mundo sabía que era el deseo de la PresidentA sustituir a la Piedra con quien fue titular de la Comisión capitalina de Derechos Humanos durante su gestión como jefa de Gobierno, Nashieli Ramírez, pero… Donde manda capitán, no gobierna marinerA.
Así, queda expuesto un capítulo más de la ridícula telenovela mexicana donde el expresidente Andrés Manuel López Obrador humilla a las mujeres ¡empoderándolas! al mismo tiempo que las somete a sus designios, una forma super machona de sentirse El Rey: Una Piedra en el camino, le enseñó que su destino, era mandar y mandar…
La pandilla de los pastores, comandada por Adán Augusto, Monreal y el Noroñas, todos ellos con el sello de la misoginia grabado en la frente, tienen aterrorizada a la señora Claudia, cada vez más delgada y con una cara de angustia que se desvanece por momentos con sus esfuerzos vanos por sonreír, como cuando tuvo que dedicarle las mañanitas por su cumpleaños a su benefactor, al mismo tiempo que su opresor. Pobre mujer y pobre México si no mandamos cuanto antes ese cáncer a la chingada. Y no me refiero al rancho.