¿Por qué no nombra AMLO a Anabel Hernández como sustituta de Alfonso Durazo? LA VERSIÓN NO OFICIAL. Por Jesús López Segura
Durazo abdicó ante el poder militar y administró -no revirtió- la catástrofe: Alejandro Hope
“Lo malo de la gestión de Durazo: abdicar ante el poder militar, renunciar a ejercer el poder que la ley le da a la Secretaría de Seguridad, administrar la catástrofe y no revertirla”, plantea Alejandro Hope en su columna “Plata o Plomo” de El Universal.
“En menos de una semana, Alfonso Durazo dejará la titularidad de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) para irse a buscar la gubernatura de Sonora. Ésta es la renuncia más cantada en la historia de la República. Desde antes de llegar al cargo, todo mundo sabía que la Secretaría no era más que una parada temporal en la trayectoria de Durazo, en lo que llegaban los tiempos electorales”, abunda Hope.
“Ése ha sido tal vez uno de los problemas centrales de su gestión. Nunca la imaginó como un compromiso de largo plazo, como una oportunidad para dejar un legado institucional duradero. Su objetivo casi único fue mantener la gracia presidencial y dejar abierta la ruta a Sonora…”
“A últimas fechas, le ha dado por presumir una disminución de múltiples delitos. Y es cierto: la incidencia de diversas formas de delito ha caído en 2020. Pero por una razón ajena a la política pública: la pandemia. Es difícil que haya mucho robo a transeúnte o muchos asaltos en transporte público, cuando la gente está confinada, las calles están vacías y las micros avanzan sin pasajeros”.
Hasta aquí la cita de Alejandro Hope, una analista impecable con grandes nociones profesionalmente cimentadas en el tema de la Inseguridad, pero no sabemos qué tan honesto sea. Al menos en los términos en que el Presidente López Obrador -quien, a pesar de los pésimos resultados de Durazo le ruega que se quede en el cargo- entiende ese término.
Apenas ayer, AMLO decía textualmente:
“Yo he llegado aquí a decir que para ser un buen funcionario público el 90 por ciento es honestidad y el 10 por ciento es conocimiento, experiencia. Y se enojan, dicen ‘no’, por la influencia que hubo durante muchos años, donde lo importante eran los grados académicos y no la honestidad.
Y había quienes estudiaban doctorado en Harvard y por ese hecho ya tenían licencia para robar…
Lo importante, lo más importante de todo es la honestidad y el tener vergüenza. ¿Para qué lo quiero tan experto y graduado en universidades del extranjero si se va a corromper, si le va a dar la espalda al pueblo?…
Entonces, son parámetros distintos de medición. No nos hace falta mucha experiencia técnica, lo que nos falta en un país que padeció durante tantos años, siglos de corrupción, lo que necesitamos es moralizar la vida pública de México y para eso necesitamos mujeres y hombres honestos más que cualquier otra cosa. Eso es lo que buscamos”.
Quizá por eso AMLO nombró a Alfonso Durazo en el puesto más sensible de su administración, la Seguridad Pública, a pesar de no tener experiencia alguna en el ramo. Pensó que con su presunta “honestidad valiente”, esta viuda plañidera de Colosio y arrepentida de Vicente Fox iba a domar al monstruo. Iba a convertir la pesadilla heredada en una promesa de rectificación.
El diagnóstico de Hope sobre Durazo es demoledor. No hay honestidad alguna cuando se usa un cargo como trampolín político. Durazo carece, entonces, del aderezo fundamental que el presidente antepone al de la capacidad técnica para ocupar un puesto. Y no estamos hablando de enchiladas, sino de la tranquilidad de millones y la vida misma de cientos de miles de mexicanos.
Ni experto ni honesto resultó Durazo. Un oportunista más que sabe seducir a los mandatarios. Se le supo colar a Colosio, a Fox y a López Obrador. Sabe cómo hacerlo y tiene como hipnotizado a éste último.
¿Cómo es posible que AMLO considere buenos los resultados de Durazo al grado de rogarle que se mantenga en el puesto? ¿Qué no ve las cifras?
Si don Andrés -a quien cada vez me cuesta más trabajo darle el beneficio de la duda-, considera la honestidad más importante que la expertiz, al grado de concederle el 90% de importancia, entonces debería nombrar en lugar de Durazo a una dama que ha demostrado llevar la honestidad hasta el extremo de arriesgar su vida.
Una mujer heroica que escribe libros sobre el tema de la inseguridad y ha llegado a convertirse en la consulta obligada sobre el tema en todos los medios de comunicación con credibilidad. Una mujer valiente que conjunta en su espléndida persona cien por ciento de honestidad, combinada con profundo conocimiento y vasta experiencia.
Esa heroína mexicana se llama Anabel Hernández y todos quisiéramos verla al frente de la Secretaría de Seguridad Ciudadana. Bueno, no todos. Hay muchos nostálgicos de la corrupción que la odian con toda su negrísima alma. Quizá don Andrés ni siquiera piensa en ella por temor, miedo o pánico a esos demonios.
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