jueves, noviembre 21

Tiene mucha prisa López Obrador por reanudar clases. LA VERSIÓN NO OFICIAL. Por Jesús López Segura

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Dará prioridad a la vacunación masiva de maestros, exponiendo a los niños y sus familias

En sus conferencias matutinas, el presidente López Obrador ha insistido en que dará prioridad (luego de vacunar al personal de Salud y a adultos mayores) a la vacunación del personal docente. Ayer insistió en que está garantizada la aplicación de la vacuna a los maestros de Campeche y Chiapas para que pueda haber un regreso seguro y lo más inmediato posible a clases. De hecho, ésa es la instrucción fundamental dada a la nueva titular de la SEP, Delfina Gómez.

El presidente urgió a que Campeche y Chiapas retomen las clases presenciales debido a que desde hace varias semanas ambos estados están en semáforo verde. Ésa es su justificación. Incluso ha repetido varias veces que el derecho a la educación es uno de los derechos humanos básicos, aunque las autoridades locales se han negado a asumir ese riesgo inminente.

Desaprovecha el mandatario, así, la gran oportunidad que brinda la pandemia para desarrollar sistemas de educación a distancia que los expertos en materia de investigación educativa ponderan como más eficientes, menos contaminantes y más baratos para la formación académica, creando alumnos muy destacados como fue el caso de Paloma Noyola Bueno, una niña de 12 años a quien la revista Wired dedicó su portada en octubre de 2013. Paloma vive en una zona pobre de Matamoros, y fue calificada por la revista de referencia como la “próxima Steve Jobs”.

La publicación destacaba que esa niña puede resolver problemas matemáticos con gran facilidad y rapidez, pero varios compañeros suyos obtuvieron también calificaciones sobresalientes en diversas materias.

Su maestro, Sergio Juárez Correa, enseñaba entonces (probablemente ya lo corrieron por no apegarse a los planes y programas que impone la SEP) en la primaria José Urbina López, ubicada junto al basurero de la ciudad. De acuerdo con la publicación, el docente dejó atrás el modelo de enseñanza típico de México para implementar nuevas técnicas pedagógicas desarrolladas por Sugata Mitra, famoso investigador educativo que ha revolucionado los métodos de enseñanza, en diversos países, basado en el trabajo en equipo por Internet.

“Los maestros en Chiapas, en muchas comunidades, están dando clases; en Campeche no han querido y tienen razón porque quieren resolver muy bien lo de la pandemia, pero yo les hago un llamado respetuoso, sobre todo a las autoridades, de que ya empecemos a abrir las escuelas”, dijo en su conferencia matutina de ayer el mandatario, muy ajeno a la experiencia de ese docente ahora olvidado, enterrado por el Sistema Educativo Nacional mexicano que, por presiones sindicales y de padres de familia reaccionarios que ven a la escuela como una guardería masiva para deshacerse de su hijos y de la responsabilidad de participar en su educación, sigue fomentando la enseñanza más tradicional de corte presencial, autoritario, memorístico y enciclopédico en el que nos (de)formamos los adultos de hoy, incluido el Presidente y su recién nombrada secretaria #LadyNadien.

Pero incluso más allá de la polémica educativa, ¿cómo puede ser posible que el mandatario mexicano lance a 60 niños -en promedio- al riesgo de cohabitar en el hacinamiento típico de un salón de clases creyendo que con vacunar al profesor es suficiente?

No se necesita ser muy mal pensado o intencionado para advertir un dejo escandalosamente electorero en las prisas de López Obrador por vacunar prioritariamente a los maestros, pero exponiendo a los niños y sus familias al contagio masivo. Al fin que los niños no votan ni son “comisionados” para labores “democráticas”.

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