jueves, noviembre 21

El regreso a clases ¿o los Juegos del Hambre? LA VERSIÓN NO OFICIAL. Por Jesús López Segura

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Con una producción muy deficiente en La Mañanera, AMLO da el banderazo de salida para 25 millones de niños y jóvenes

Dos son los principales argumentos del Presidente López Obrador -compartidos con la inmensa mayoría de los gobernadores y autoridades educativas (aunque no necesariamente con la mayoría de los niños, jóvenes y maestros) para haber impulsado el regreso “no obligatorio” a las aulas:

El primero es que “la escuela es el segundo hogar” y el mecanismo de socialización fundamental -si no es que único- de los niños y jóvenes quienes, de otro modo, quedarían como rehenes del encierro y el Nintendo.

El segundo argumento, sostenido básicamente por el siempre complaciente Dr. López-Gatell, es que los niños no pertenecen a las categorías más vulnerables de la pandemia: “Enferman de covid-19, sí, pero poquito y rara vez en forma grave que requiera hospitalización”, justifica el principal responsable nacional de la salud de los mexicanos ante el embate de una enfermedad que evoluciona, muta y tiene postrada la economía mundial con imprevisibles olas que pueden generar millones de contagios y muertes adicionales a las ya sufridas.

Además, agrega Gatell, los adultos que sí son vulnerables -junto con el personal escolar-, ya han sido vacunados, en su mayoría, al menos con la primera dosis.

Con esos argumentos, el Presidente López Obrador, en mi modesta opinión muy mal asesorado, ha mandado a la escuela a entre 25 y 30 millones de niños y jóvenes, y a un número indeterminado de millones de maestros, personal escolar, comerciantes de papelerías, agentes de tránsito y toda esa nutrida parte de la sociedad que se moviliza masivamente en época de clases.

Una nota de Proceso considera que el retorno a las clases presenciales este lunes 30 se dio en el “peor momento”, porque se conjuntó con el pico más alto de la tercera ola del coronavirus.

“Así, el amplio sector de menores de 18 años –millones de niños y adolescentes que no reciben todavía la vacuna contra el virus y que no están contemplados para recibirla–, comienza a mostrar un alarmante incremento tanto en el número de contagios como de hospitalizaciones, al extremo de que algunos hospitales pediátricos prenden sus focos rojos y lanzan llamados de alerta”.

Este tipo de planteamientos podrían ser evaluados como una suerte de amarillismo informativo “tendiente a desacreditar al gobierno obradorista”, aunque por lo que se alcanzó a ver en la pésima producción matutina de hoy, varios gobernadores que no son de Morena se suman al entusiasmo presidencial con el retorno a clases de manera franca y decidida. La presión de los comerciantes que se enriquecen con la venta de toda clase de insumos escolares debe estar “de a peso”.

Así que quienes ven las críticas de algunos medios y opinadores al retorno escolar como parte de una campaña contra el obradorismo tendrían que tomar eso en consideración, es decir, que Alfredo del Mazo, Enrique Alfaro y otros mandatarios como el de Guanajuato, por ejemplo, muy lejos de ser impulsores entusiastas de la 4té, también serían “víctimas mediáticas” de esa presunta campaña malintencionada:

El diario local AD Noticias plantea en su columna estelar “Se dice que“:

“Los niños no están encerrados en sus casas. El aislamiento es una ficción social. Están en los parques, centros comerciales y en las calles, no resguardados en habitaciones esterilizadas. El regreso voluntario a clases es la decisión acertada, en eso el gobernador Alfredo del Mazo hizo lo correcto, aunque algunos miserables usen hasta la pandemia para hacer política deleznable”.

Con todo respeto, no creo que quienes nos oponemos al regreso masivo a clases en este momento -por mucho que se plantee como “voluntario”- tengamos motivaciones “miserables y usemos la pandemia para hacer política deleznable”, algunos sí, no hay duda.

Quienes odian a López Obrador porque les amarró las manos -aunque deberán estar agradecidos por que no los metió a la cárcel, hasta ahora-, han demostrado estar dispuestos a usar la pandemia -o cualquier otra estrategia mediática oportunista y vil- para pavimentar su regreso al poder y seguir saqueando y masacrando a la Nación.

Pero habemos algunos -quizá pocos- preocupados por la falta de claridad presidencial en la ubicación de la escuela como un aparato ideológico de Estado (lo que obligaría a una reforma educativa verdadera) y en la posibilidad de un incremento importante de fallecimientos, no necesariamente de niños y jóvenes, pero sí de sus familias, por convertir, de un día para otro, a millones de chamacos en muy eficientes agentes masivos de contagio.

Lamentaríamos muchísimo que los enemigos a muerte de la 4té sean nutridos con una nueva tragedia que les permita zopilotear en grande a don Andrés justo en plena revocación del mandato. Nuestra reserva por el retorno a las escuelas, en este momento preciso, no constituye una crítica mal intencionada, sino todo lo contrario, la intención de ayudar a que las cosas marchen bien y no se salgan de control, porque no serán las cabezas de Gatell y Delfina, las únicas comprometidas en esta especie de juegos del hambre.

Ojalá que eso no suceda, pero con la pésima producción de hoy desde Palacio Nacional, donde a varios gobernadores no se les entendía nada de lo que decían, incluido don Alfredo Del Mazo (but of course my horse) se hace difícil creer que la organización del regreso a clases alcance el nivel de excelencia que se requiere para evitar una tragedia, nivel que no dudamos tengan en otros países donde se aventaron el boleto. Ya veremos.

CON INFORMACIÓN DE:

Proceso.- https://www.proceso.com.mx/reportajes/2021/8/28/regreso-clases-en-el-peor-momento-270817.html

AD Noticias.- https://adnoticias.mx/se-dice-que-416/

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