jueves, marzo 28

¿Revocación o ratificación del mandato? LA VERSIÓN NO OFICIAL. Por Jesús López Segura

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Arrecia la crítica de Proceso contra AMLO: “La torcida consulta del presidente”

Desde que comenzó la promoción de la consulta que el INE organizará, el mandatario mexicano y sus bases de apoyo, en los hechos, impulsan una consulta de ratificación. Sin embargo, para ello no existe un documento legal que incluya esa figura, explica la revista Proceso, volcada en una posición cada vez más crítica respecto del Presidente López Obrador y la 4té.

El artículo 35 constitucional establece el concepto “revocación de mandato”, que es el término usado por el Presidente. Para realizarlo, como lo dicta la legislación, se requiere que sea solicitado por una tercera parte de la lista nominal de electores de al menos 17 estados. Se puede hacer sólo una vez y tres meses después al término del tercer año de la administración.

“Hacerlo como ratificación me parece un ejercicio demasiado costoso económicamente, y creo que van a estar muy contentas las bases de apoyo del Presidente y de Morena”, consideró Alberto Aziz Nassif, investigador del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social, y doctor en Ciencias Sociales, plantea la nota de Proceso.

“No lo consideraría un ejercicio de democracia, porque se está contraviniendo la intencionalidad de la norma y el objetivo de la norma, que es una revocación y ésta no se está llevando a cabo”, añadió.

El Presidente y sus huestes de seguidores plantean que es importante impulsar el ejercicio para marzo del año entrante, aunque no provenga de un hartazgo social y, por el contrario, el mandatario en turno tenga altos niveles de aceptación. La justificación para realizarlo, entonces, descansa en la idea de que podría constituirse como un ejercicio de preparación para que la sociedad se habitúe a realizarlo por si acaso, en lo futuro, sea necesario deshacerse de un mal mandatario y no tener que esperar 3 años más para acabar con una eventual tiranía o mal gobierno.

Lo que los opositores a la realización de este referéndum en particular sostienen, es que se trata de un ejercicio demasiado costoso cuando ni siquiera están dadas las bases que lo justifican, porque debido a la gran popularidad del mandatario, más bien se trataría de una ratificación y no de una revocación de su mandato -como los mismos seguidores fieles del Presidente reconocen públicamente-, a costa del derroche innecesario de dinero que muy bien podría emplearse en cuestiones mucho más prioritarias que la autocomplacencia de carácter egocéntrico, o culto a la personalidad de don Andrés.

La revocación constituye un avance legislativo trascendente que faculta que el pueblo organizado pueda cortar de tajo, antes de concluido su tiempo constitucional, un mandato que resulte contrario a los intereses de la nación. Pero que sea el propio mandatario quien lo promueva, a sabiendas de su altísima popularidad, nada más para reafirmar su hegemonía política o para ensanchar su amor propio y el de sus fieles seguidores, la verdad resulta en un derroche de recursos -humanos y financieros- que no estamos en condiciones de dilapidar. ¿No cree usted?

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