jueves, noviembre 21

Sorpresivamente, el PRD se perfila como ganador de la elección extraordinaria en Atlautla

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Si se extrapola este resultado a la elección del 2023, los partidos hegemónicos podrían tambalearse

LA VERSIÓN NO OFICIAL. Por Jesús López Segura

Con base en el programa de resultados electorales preliminares (PREP) del Instituto Electoral del Estado de México (IEEM), y más del 90% de las casillas computadas, el candidato del PRD a la presidencia municipal de Atlautla, Raúl Navarro Ribera, se perfila sorpresivamente como el ganador en la contienda extraordinaria, aunque el resultado oficial se dará hasta el próximo miércoles.

El aspirante perredista habría logrado poco más del 30.37% de los votos, mientras que, en segundo lugar, la candidata María del Carmen Carreño, de la alianza PAN-PRI, alcanzaría el 24.10%, y Marcos Bautista Hernández, del Partido Redes Sociales Progresistas (PRSP), se ubicaría en el tercer sitio con el 22.90%.

Por su parte, el candidato de la coalición Morena-PT, Dolores Hermenegildo Lozada Amaro, se desplomó al cuarto sitio, con el 12% de la votación.

El Partido de la Revolución Democrática (PRD) denunció que en la casilla 457 y 458 hubo personas en motocicletas repartiendo dinero en efectivo a la gente para votar por la candidata del PRI María del Carmen Carreño García, plantea una nota de El Sol de Toluca.

El IEEM instaló 38 casillas, de las cuales 22 se colocaron en escuelas públicas y 16 en domicilios particulares y espacios públicos.

( El Sol de Toluca.- https://www.elsoldetoluca.com.mx/local/denuncian-irregularidades-en-eleccion-extraordinaria-de-atlautla-8283941.html ).

CONTEXTO:

La Sala del Tribunal Electoral del Poder Judicial (TEPJ) había anulado en diciembre la elección celebrada el 6 de junio, que fue ganada por el abanderado del Partido Movimiento Regeneración Nacional (MORENA) Luis Enrique Valencia Venegas, quien tomó protesta el pasado 10 de diciembre.

La revocación de la elección municipal fue por “violencia política en razón de género“, en contra de la entonces candidata del PRI, Carmen Carreño García. Esto luego de que en la campaña electoral se registró la pinta de ocho bardas con mensajes misóginos en su contra.

Cabe mencionar que la diferencia entre el primero y el segundo lugar fue únicamente del 2.5% de votos, otorgando el triunfo al candidato Luis Enrique Valencia.

PROSPECTIVA:

Sociológicamente sería demasiado audaz extrapolar en forma directa los resultados preliminares de Atlautla a la elección para gobernador del año entrante en el Estado de México, afición especulativa que los propios suspirantes han puesto de moda en la prensa por estos días.

Dicho lo anterior, cabe de cualquier forma reflexionar sobre un hecho francamente sorprendente: Hace poco menos de un año, la población de un municipio del Estado de México vota por un alcalde morenista en apretado cierre con la candidata del PRI, lo que dio origen a una disputa legal entre las dos fuerzas hegemónicas que se repartieron el pastel municipal de la entidad casi en partes iguales, independientemente de sus diversas coaliciones en cada caso específico.

La autoridad electoral consideró que 8 bardas con insultos misóginos contra la candidata del PRI constituyeron “violencia política en razón de género” presumiblemente perpetrada por el candidato de Morena, que pierde, así, su triunfo.

Pero meses después el candidato del PRD supera por 6 puntos porcentuales a la candidata agraviada que estuvo a dos puntos de ganar la elección anterior -con todo y ser atacada con violencia política de género– y el partido Morena, que había ganado, se desploma al último lugar, detrás incluso de Redes Sociales Progresistas.

Este giro de 180 grados del electorado de Atlautla refleja con bastante claridad que el influjo del obradorismo puede ser revertido fácilmente si los personeros de la 4té no se comportan escrupulosamente conforme a los cánones que predica su líder nacional y que tranquilamente pueden darle la vuelta a una elección no tanto para desagraviar a una dama ofendida (no está dentro de esos cánones el movimiento feminista, eso está perfectamente claro), sino que podrían apostar por otra fuerza política que se dice “de izquierda” .

De ahí la insistencia de los precandidatos del PRD en jugársela solos por la gubernatura. La experiencia vivida con Juan Zepeda en la elección anterior, les anima a la posibilidad de una tremenda voltereta en perjuicio de los partidos hegemónicos de la entidad, si éstos no son capaces de ponerse de acuerdo para postular a sus mejores prospectos y no a los que se han logrado colar en el ánimo de sus respectivos patriarcas.

En el caso del PRI, el columnista Alejo Sánchez Cano, de El Financiero, nos recuerda hoy que:

Ana Lilia Herrera y Alejandra del Moral compitieron por separado y en diferentes momentos por una senaduría, la primera ganó con cerca de tres millones de votos, en tanto, la segunda perdió la elección y apenas alcanzó un millón 400 mil votos.

Ana Lilia nunca ha perdido una elección, es más, en los pasados comicios estuvo entre los diez diputados más votados a nivel federal.

Propios y extraños la llaman ‘La Invencible’ y ella se autodenomina como una defensora de las mujeres, intachable, congruente y, sobre todo, con arrastre popular.

El gobernador mexiquense está entre el cielo y el diablo porque además de sortear con éxito el reto que representa elegir a la más competitiva entre estas dos mujeres, enfrenta el canto de las sirenas que le ofrecen, por lo menos, una embajada, si apoya a la candidata de Morena y aliados políticos; o de plano, regirse por los cánones de lealtad hacia el PRI que le inculcaron su padre y abuelo, Alfredo Del Mazo González y Alfredo del Mazo Vélez, respectivamente”.

( El Financiero.- https://www.elfinanciero.com.mx/opinion/alejo-sanchez-cano/2022/05/16/del-mazo-entre-el-cielo-y-el-infierno/ ).

En el caso de Delfina Gómez, con todo y ser una mujer muy apreciada y respetada no solo por el Presidente López Obrador sino por todos quienes la conocen, los hechos hablan por sí mismos: Ya perdió una elección para gobernar la entidad, “haiga sido como haiga sido”. Lo mismo podría decirse, por ejemplo, de Yeidckol Polevnsky, pero en circunstancias harto distintas.

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