Trump llama “socialista” a su amigo AMLO, quien le responde amistosamente
Republicanos alcanzan finalmente el control de la Cámara de Representantes
El partido republicano alcanzó finalmente la mayoría representativa en la Cámara de Representantes del Congreso federal de Estados Unidos. El cambio de mando de demócratas a republicanos en la llamada Cámara Baja obligará al presidente Joe Biden, a negociar con la oposición para sacar adelante cualquier proyecto de ley o reforma gubernamental, aun cuando sus correligionarios dominen el Senado.
Hasta este momento, cuando faltan siete distritos por definirse debido al conteo de los votos emitidos en los comicios del pasado 8 de noviembre, los republicanos ya tienen garantizados 218 lugares de la Cámara de Representantes y los demócratas 210.
No importa ya cuál será la repartición final de las siete curules pendientes, los republicanos alcanzaron la cifra de mayoría y ahora se postulan para ser el parteaguas del poder en Washington, con Kevin McCarthy, representante por California, como el líder que debe negociar con Biden.
Mientras tanto, en su autodestape para contender nuevamente por el liderazgo mundial como Presidente de los Estados Unidos, el racista, clasista y conservador Donald Trump dijo estimar al presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, a quien describió como socialista, aunque explicó, “nadie es perfecto”, a lo que AMLO, quien se dijo desinformado sobre el tema en La Mañanera (lo que de ser cierto justificaría la renuncia de su vocero Jesús Ramírez), respondió de bote pronto con un lacónico y lastimoso juego de palabras: “él es capitalista y no es perfecto, pero es buena persona y lo respeto”.
Y no es que pretendamos en esta redacción que el mandatario mexicano se confronte con Trump, pero esas muestras tan amistosas con un fascista que ha ofendido a México hasta el cansancio, y que también lo ha humillado a él, al asegurar que el Presidente López Obrador puso a cerca de 30 mil soldados a su servicio en las fronteras, no caben en un Presidente tan lengua fácil para detractar a sus críticos en México, donde no escatima adjetivos altisonantes, mientras endulza sus referencias al líder de los supremacistas blancos que tanto maltratan, también, a los migrantes mexicanos. Como que no hay mucha congruencia en el discurso de don Andrés.