Como de costumbre, “el primer priista de la entidad” brilla por su ausencia y contagia a Arturo Montiel

Son ya muchos los indicadores de que el Gobernador del Estado de México, Alfredo del Mazo Maza, ha decidido entregar la plaza al partido del Presidente, a cambio de una embajada, de impunidad para él y su Grupo, y vaya usted a saber qué otras concesiones por el estado de la República más importante desde el punto de vista comicial.

Este planteamiento, que a nadie debería extrañar después de lo visto en varias entidades en las que arrasó Morena, y su exgobernador priista quedó automáticamente instalado en alguna codiciada embajada, molesta mucho a las plumas locales del oficialismo, asegurando que Alfredo del Mazo está comprometido tiempo completo en apoyar a su candidata.

Algunos de esos medios conservadores -que esperaban los costales de dinero que repartía el viejo PRI en las campañas-, se han decepcionado a tal grado, que empiezan a torcer su línea editorial en contra de la candidata y de su coordinador de campaña, Alejandro Ozuna, quien ciertamente mantiene una actitud frente a la prensa local de desprecio inexplicable, a menos que entendamos claramente por fin, que él (como operador de Luis Miranda) y Erwin Lino, quizá el más corrupto del círculo cercano del peñismo, tienen la consigan no de impulsar la campaña de la izcallense, como podría suponerse, sino de vigilar que el acuerdo de cesión de la plaza se concrete en los hechos, conforme a la letra chiquita del pacto secreto de rendición. Así o más claro.