“Lagos de Morena”… ¿Va Marcelo? LA VERSIÓN NO OFICIAL. Por Jesús López Segura
La idea de que la candidata de AMLO era Claudia no ha sido más que un malentendido
Luego del tsunami marcelino del jueves, cuando el excanciller Ebrard enseñó lo dientes y predijo un desastre para Morena si no le paraban a sus atrocidades para encumbrar a Claudia, la calma chicha, aderezada con pinceladas de inconformidad de otras corcholatas, parece indicar, sin lugar a dudas, una claudicación presidencial para dar paso libre al único precandidato capaz de descomponer el proceso.
Hablando claro, no es que AMLO esté aferrado en imponer a Claudia, como muchos morenistas de todo el país, pero especialmente aquí, en el Estado de México, piensan, a mi modesto entender, erróneamente.
Como lo he planteado consistentemente desde el inicio de esta divertida sucesión de violaciones a la ley electoral, el verdadero tapado de don Andrés no era otro que su clon Adán Augusto y el aparente respaldo a Claudia era en realidad un intento de López de recuperar la Ciudad de México que la ex jefa de Gobierno perdió en un desastroso 50% por los pleitos con Monreal.
El morenismo interpretó ese apoyo a Sheinbaum como una indicación de por dónde iría el dedazo y con ello obligaron a don Andrés a abrir el juego de las corcholatas. Él, en lo personal, descontando el desprecio evidente, e incluso explícito contra Monreal y Noroña, jamás tomó partido abierto por ninguna de las verdaderas corcholatas.
Con el tiempo y en la medida en que Adán no prendía entre la gente, la inercia llevó al ilegal abuso del acarreo y de recursos públicos, de guerra sucia y de todo lo que, correctamente, denunció Marcelo el jueves pasado. La idea equivocada de que el Presidente está detrás de todos esos delitos electorales para inclinar la balanza en favor de Claudia -reafirmada por la patética actitud de ella de convertirse en una suerte de muñeca de ventrílocuo del mandatario- ha venido arraigándose a tal punto que, efectivamente, las encuestas la ponen como favorita.
Con la amenaza de llevar a Morena al desastre, Marcelo se refería, sin mencionarlo directamente, a recurrir a MC para llevar la elección a tercios, con el previsible resultado de que se repitiera lo ocurrido (intencionalmente por cierto) en Coahuila. Morena dividido significó el triunfo del PRI. En el 24 podría significar el triunfo de Xóchitl.
Como al Presidente le da lo mismo que sea Marcelo o Claudia, habida cuenta de que ambos garantizan continuidad en el proyecto, aunque una en forma más teatralmente fidedigna y el otro en forma digna y creativa, entonces no tiene ningún empacho en indicarle al mago de las encuestas balines, Mario Delgado, que el pastel se cocine en favor de Marcelo, contra lo que piensan y esperan todos los que (muy especialmente en el Estado de México) han echado toda la carne al asador por doña Claudia.
A días de la decisión final -que no será por resultados de encuestas irreprochables- el “hermano” Adán no creció a pesar de que don Andrés le regresó a la Secretaría de Gobernación todos los inmensos poderes que le negó a Olguita Sánchez. Tanto Monreal como Adán firmaron “bajo protesta” la farsa de las encuestadoras. Repentinamente sale a la luz que Claudia respaldó, al menos, a un acosador sexual en su Gobierno. Daniel Sibaja se presenta en Café Milenio con la espada demasiado envainada luego del bombazo informativo de su jefe Ebrard, respaldado por un hermano verdadero, Pío.
Son muchos los indicadores de que AMLO cedió rápidamente a las presiones de su excanciller. Ya veremos.