Manda demoler Julio Menchaca la casa de Gobierno de Hidalgo: era “símbolo de privilegio”
Se gastará el morenista no menos de 100 millones de pesos en construir ahí “oficinas”
Por Jesús López Segura
Pudiendo utilizar las instalaciones de la lujosa Casa de Gobierno de Hidalgo para habilitar ahí un museo, un albergue para adultos mayores, una escuela de arte, un hospicio, o cualquier otra instalación con sentido social, el gobernador Julio Menchaca Salazar trata de lucirse como un radical de la austeridad destruyendo un patrimonio de la sociedad hidalguense, hasta donde trasciende sin haber hecho consulta alguna, con el autoritarismo propio de quien se siente dueño del estado y tratando de quedar bien con sus seguidores y con quien considera su superior en Palacio Nacional.
Bajo esa lógica, Menchaca envía el mensaje de que habría que demoler Los Pinos y Palacio Nacional, ambos ejemplos de privilegios, colonial en el caso de Palacio y “neoliberal” o vaya usted a saber que concepto en el caso de Los Pinos.
Hasta López Obrador, el campeón nacional de la austeridad republicana, tuvo el decoro y la discreción de convertir Los Pinos en un museo para que todos los mexicanos que lo desearan pudieran conocer, de primera mano, los lujos con los que se obsequiaban sus gobernantes antes del arribo de la 4té.
Bajo esa misma lógica irracional, la maestra Delfina Gómez debería hacer añicos la casa de Gobierno de Paseo Colón, donde han radicaron la mayoría de los gobernantes emanados del Grupo Atlacomulco, pero también las fastuosas iglesias que son símbolos coloniales de varios siglos de antigüedad y monumentos históricos que enriquecen el paisaje arquitectónico de las más variadas regiones del estado y del país, “por ser símbolo del poderío y derroche de los gobiernos virreinales”.
Y ya encarrerado en el viejo dicho de que “chingue a su madre el que deje algo”, el ocurrente mandatario de Hidalgo podría proponer a la ONU que se arrase con las Pirámides de Egipto y todas aquellas que hayan sido construidas con el sudor de la frente de miles de esclavos en las más diversas épocas y lugares en la historia de la humanidad.
Maldito zopenco.