Harfuch participó en las reuniones sobre la Verdad Histórica, pero no en la desaparición de los muchachos, justifica

LA VERSIÓN NO OFICIAL. Por Jesús López Segura

El presidente Andrés Manuel López Obrador pidió que no se utilice el caso Ayotzinapa con “fines politiqueros”, después de que el nombre Omar García Harfuch apareciera en los dos informes sobre la desaparición de los 43 estudiantes normalistas presentados por Alejandro Encinas.

Cuestionado sobre este tema, el mandatario mexicano confirmó que el exsecretario de Seguridad Ciudadana de la CDMX estuvo presente en reuniones encabezadas por Murillo Karam, donde se decidió “fabricar los delitos, ocultar hechos y darle carpetazo a la investigación”; sin embargo, dijo, eso no implica que Omar García Harfuch haya intervenido celulares o participado en la desaparición de los jóvenes normalistas.

Y tiene razón el mandatario. El hecho de que Goebbels haya colaborado con Hitler, no significa que él personalmente haya encendido los hornos crematorios.

La carta de exoneración que expide el mandatario hacia el consentido de Claudia Sheinbaum para el Gobierno de la Ciudad de México, equivale a otra que pronto podría verse en la necesidad de expedir, en los siguientes términos hipotét(r)icos: el hecho de que Harfuch haya colaborado en la administración de Genaro García Luna no significa que haya sido su allegado, ni que sea cómplice de la política del funcionario calderonista que vendió la seguridad de los mexicanos al Cártel de Sinaloa.

Pero el mandatario se guardaría muy bien de extender esa Patente de Corso para don Omar –habida cuenta de que ha sido muy explícito al condenar que la Suprema Corte emplee a un ex colaborador de García Luna, ya no digamos que para postularlo a gobernar la Ciudad de México.

“En la investigación que se está realizando aparece -y eso fue lo que externó Alejandro Encinas, dice el mandatario- que hubo una o dos reuniones de funcionarios públicos estatales y federales cuando sucedieron los hechos, pero fueron reuniones públicas, hay hasta grabaciones y a eso se refería Encinas, que en una o en las dos reuniones estuvo el exjefe de la policía de la Ciudad de México. Esas reuniones las encabezaba el procurador Murillo Karam, porque él fue nombrado por el presidente Peña como responsable de la investigación”, respondió AMLO en Palacio Nacional.

“Cuando le preguntan a Alejandro Encinas, si (Omar García Harfuch) estaba en esas reuniones, él dijo que sí, porque es cierto, pero eso es distinto a que haya participado en la desaparición de los jóvenes. Lo que pasa es que como estamos en temporada electoral (de buitres dijo ayer) pues ya todo es noticia con esos propósitos y hay que aclarar las cosas como son, no mentir, no utilizar estas cosas para perjudicar a posibles adversarios o competidores y no utilizar un caso tan lamentable, como el de los jóvenes de Ayotzinapa, con fines politiqueros”, arengó.

No dijo nada el Presidente, sin embargo, sobre el mandatario que nombró a Jesús Murillo Karam y dio por bueno el relato de “la verdad histórica”, el “licenciado Peña Nieto“, a quien le ofrenda toda su consideración y respeto por el simple hecho de no haber obstaculizado su arribo al poder, como lo ha reconocido públicamente en varias ocasiones, cuando todo el mundo sabe, sin necesidad de tanto enredo, que el principalísimo responsable de la masacre de Ayotzinapa no es otro que el de Atlacomulco.

Lo que sí reveló don Andrés, es una bomba informativa que probablemente pasará desapercibida: que cuando recibió el primer informe de Encinas, ordenó de inmediato que se liberaran órdenes de aprehensión para todos los implicados, pero que hubo una rebelión tanto en la FGR como en la Fiscalía Especial para el Caso Ayotzinapa, pues los funcionarios se negaban a expedir las órdenes de aprehensión.