Un giro militarista peligroso, denuncia en su comentario editorial Catalina Pérez Noriega
Plantea que las iniciativas de Reforma de AMLO pretenden mantener una influencia prolongada
La reciente presentación de 20 iniciativas de reforma, la mayoría con cambios constitucionales, por parte de un Presidente López Obrador que cuenta con apenas unos meses restantes en su mandato, plantea preocupaciones significativas sobre el futuro del país, expone con su estilo directo y profundamente conocedor de los riesgos de la militarización, la espléndida comentarista de El Universal, Catalina Pérez Noriega.
La estrategia parece diseñada para dominar la agenda electoral y mantener una influencia prolongada más allá del término presidencial, afirma como la mayoría de los analistas serios del país. Aunque algunas propuestas pueden ser contradictorias entre sí y poco factibles de ser aprobadas, la intención de dejar una huella duradera es evidente.
Particularmente preocupante es la iniciativa para ampliar las funciones del Ejército mexicano y otorgarle un control extendido sobre la seguridad pública. Esta propuesta, de ser aprobada, significaría un cambio fundamental en el régimen constitucional del país, afirma la analista.
El proyecto propone la “permanencia” del Ejército en tareas de seguridad pública a través de la Guardia Nacional, convirtiéndola efectivamente en una institución militar con amplios poderes y fuero militar. Además, otorgaría al Presidente la capacidad de disponer directamente de las fuerzas armadas en labores de seguridad, sin necesidad de intermediarios.
La modificación del artículo 129 constitucional, vigente desde 1917, permitiría al Ejército ejercer funciones más allá de las relacionadas con la disciplina militar, sin restricciones claras ni salvaguardias para los derechos civiles.
Aunque se argumenta que estas medidas no son para el presidente actual, sino para fortalecer la seguridad pública, el peligro inherente a la militarización de funciones policiales y la expansión del poder militar es evidente.
El legado de estas reformas podría ser una militarización permanente de la seguridad pública, con graves riesgos para la democracia y los derechos humanos en México. Es responsabilidad de todos mantener una vigilancia activa y proteger los principios democráticos ante cualquier intento de erosión del orden constitucional.
” ‘AMLO no va a hacer mal uso del Ejército‘, ‘Yo confío en él’, decían al inicio del sexenio las y los legisladores de Morena cuando les señalábamos los peligros de crear un cuerpo de seguridad militar y de seguir militarizando la administración pública. Sin embargo, esta iniciativa no es para López Obrador. Él se va, pero el Ejército con facultades para espiar, detenernos, entrar a nuestros domicilios, se queda, con fuero”, concluye Catalina Pérez Noriega.
Y como si el mandatario mexicano hubiera sido informado del pertinente planteamiento de la editorialista, se lanzó de nueva cuenta esta mañana a justificar la presencia del Ejército y la Marina en infinidad de funciones que su gobierno les ha asignado. Destacó, por ejemplo, la trascendente aportación de los ingenieros militares en la construcción y administración del Tren Maya, pero omitió mencionar que las ganancias del megaproyecto servirán para garantizar las pensiones de los militares que, al fin y al cabo dijo, “son pueblo uniformado”.