jueves, noviembre 21

Lamentabilísimo atentado contra Donald Trump. LA VERSIÓN NO OFICIAL. Por Jesús López Segura

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AMLO se enorgullece de haber sido el primer mandatario en comunicar su solidaridad

Según declaraciones del propio Donald Trump, víctima de un atentado fallido contra su vida en Pensilvania, el sábado pasado, de no haber volteado la cabeza instantes antes del disparo, para ver unos anuncios, la bala que le perforó la oreja derecha prácticamente junto a la sien, lo habría matado con toda seguridad. Pero Trump es un hombre de suerte.

El 8 de noviembre de 1939, un relojero y carpintero alemán, llamado Georg Elser, planificó y construyó un dispositivo y lo instaló en una de las columnas del estrado en la cervecería Bürgerbräukeller. Adolf Hitler, que iba a dar un discurso con motivo del Putsch de 1923, se presentó media hora antes y habló ante una atestada concurrencia. Este discurso debía terminar alrededor de las 10 de la noche, pero Hitler abruptamente lo finalizó a las 21:07 h y se retiró del lugar. Trece minutos después de marcharse explotó la bomba y mató a siete personas dejando el lugar en ruinas. Elser fue detenido y ejecutado cinco años después, el 9 de abril de 1945, en el campo de concentración de Dachau

Adolf Hitler

Hubo varios intentos de asesinar a Hitler

El intento que tuvo mayores probabilidades de éxito fue, sin duda, el perpetrado en el Atentado del 20 de julio de 1944 por el Coronel Claus von Stauffenberg para desencadenar la ejecución del Plan Valquiria.

Stauffenberg logró colocar una poderosa bomba accionada por detonador químico a menos de un par de metros del Führer y se retiró. Sin embargo, uno de los presentes, Heinz Brandt, se tropezó con el maletín que portaba el artefacto y lo trasladó detrás de las gruesas patas de la mesa donde se apoyaba Hitler. La bomba explotó y mató a cuatro personas e hirió de leve consideración a Hitler, protegido por la mesa.

¿Qué es la suerte?

Muchas religiones -y otras idolatrías paganas- consideran que cuando alguien es venerado por mucha gente, se forma una energía alrededor suyo que lo protege y puede lograr desviar un milímetro una bala mortal, o unos centímetros un balón de futbol para que pueda o no ser atajado por el portero. Es la energía del Universo canalizada a través del fervor de un nutrido conjunto de almas unidas en su devoción y empeñadas en que algo suceda. Una suerte de Sociología de la energía vital.

Donald Trump elude la bala

Donald Trump eludió la bala que lo asesinaría

Los argentinos son, junto con los brasileños, los conglomerados sociales que, en América Latina, más fervor fanático le rinden al futbol. Su derroche de energía positiva en los estadios, sus rituales futboleros cuasireligiosos y sus atuendos festivos, revelan que en el triunfo les va la vida. Ayer jugó mucho mejor Colombia que Argentina, animados quizá por la presentación de Shakira en el medio tiempo en la final de la Copa América, y los ches se hubieran descarrilado con la salida llorosa de Messi, de no haber sido por una reacción incomprensible del director técnico de Colombia quien mandó a la banca a James, el Messi colombiano, en los tiempos extra, con el desmoronamiento del equipo, sin que el gran jugador tuviera aparentemente una lesión o exceso de cansancio. Parecía que una fuerza extraña obligó a Colombia a rendir la plaza, a pesar de que sus aficionados superaban en número a los argentinos en el estadio, pero la energía social parece viajar a la velocidad de la luz alrededor del planeta y del universo entero.

Lamentable que no haya ganado Colombia porque jugó mejor, y hay que mencionar que, para muchos, también fue lamentable que el joven solitario Thomas Matthew Crooks, maltratado en su escuela por la chusma buleadora, haya errado un tiro que podría haber significado detener un probable holocausto, aunque la hipocresía mayúscula de la diplomacia obligue a guardar silencio sobre algo que todo el mundo piensa y comenta, a sotto voce, pero no se atreven a decirlo públicamente.

Donald Trump

Donald Trump

Entiendo que don Andrés Manuel López Obrador esté obligado a manifestar su solidaridad al casi seguro próximo presidente de los Estados Unidos y previsiblemente también próximo verdugo implacable del planeta. La investidura lo obliga, ¡pero ser el primero en postrarse frente a quien ha ofendido tanto a los mexicanos, constituye un exceso imperdonable que pone en evidencia la empatía secreta que siente por el magnate!

¿O alguien -fuera de sus huestes de fanáticos- todavía duda de que Donald Trump representa un peligro inminente para la humanidad?

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