Incriminatoria pregunta de Ciro al Presidente: “¿A un amigo se le dispara a la cabeza para matarlo?”

Ciro Gómez Leyva es un buen comunicador, sabe en general contener sus verdaderos impulsos y pensamientos para ofrecer una narrativa en apariencia “objetiva” sobre los sucesos que difunde en sus espacios informativos. Editorializa todo el tiempo, aunque de manera discreta, con cuidadoso oficio para no quedar en evidencia. Tiene una memoria privilegiada y sería aún mucho más exitoso si no le imprimiera a su labor un estilo francamente depresivo.

Pero esta vez se pasó. Culpar al Presidente López Obrador de haberle disparado a la cabeza, aunque fuera en el nivel de una mera insinuación, es un exceso imperdonable. Es el riesgo de la improvisación a cuadro que, por cierto, corre el mismo Presidente a diario gracias al esquema de comunicación de La Mañanera.

Dijo textualmente Ciro en Telefórmula ayer, a propósito de una alocución del mandatario en donde lo califica como su amigo: “A un amigo no se le persigue, como me persiguieron ustedes, con amenazas de por medio, fiscalmente, usted sabe que eso ocurrió. Se la dejo como pregunta: ¿A un amigo se le dispara a la cabeza para matarlo? ¿Qué idea tiene usted de la amistad presidente?”.

Ciro Gómez responsabilizó al Presidente AMLO de atentado

Don Andrés le respondió hoy mismo: “no puedo dejar pasar esto” porque Ciro insinúa que yo lo mandé matar. No somos enemigos, somos adversarios, remarcó el mandatario.

Ciro se soltó de su ronco pecho, que tampoco es bodega: “Supongo que dijo con ironía eso de mi amigo Ciro porque pues, ¿a un amigo se le insulta como me he insultado usted durante seis años? Yo nunca lo he insultado a usted nunca, nunca, nunca. He señalado algunas contradicciones, puedo decir que me parece increíble que usted se atreva a decir en la plaza pública que los servicios de salud ya son mejores que los de Dinamarca, pero yo nunca lo insulté. Usted me insultó sin parar durante seis años”-

La verdad es que ambos se han insultado hasta el cansancio porque, como bien dice el mandatario, cada uno representa visiones del mundo tan radicalmente opuestas, que en su extremismo llegan a tocarse. AMLO es un admirador de la Revolución Cubana, por ejemplo, y Ciro se caracteriza, a nivel continental, como un comentarista aliado con los gusanos de Miami, para acabar pronto.

Con la embestida que don Andrés ha enderezado contra sus críticos más acérrimos en los coletazos de su ¿salida del poder?, logrando incluso que los renuentes dueños de ciertos medios hegemónicos los despidan, como es el vergonzoso caso de los colaboradores del esquirol Leo Zuckermann (Es la Hora de Censurar) en Televisa y ahora que se rumora que Ciro saldrá de Imagen TV, es natural que Gómez Leyva esté un tanto más histérico que de costumbre contra el obradorismo, como lo ha estado a lo largo de la administración.

Ciro Gómez dice que no tiene pruebas de que AMLO sea culpable de atentado

¡Claro que se han estado ofendiendo mutuamente desde siempre! Qué es eso de clasistas y racistas, fifís, aliados y cómplices del saqueo, por mencionar algunos ejemplos de la embestida de López contra sus críticos. ¿Y qué es eso de insinuar que el mandatario lo mandó matar?

Muy diferente habría sido decir que López Obrador fue incapaz, por su absurda política de abrazos y no balazos, de crear las condiciones en las que los periodistas y defensores de Derechos Humanos pudieran realizar su labor en un ambiente seguro, como sería su primordial obligación, ¿verdad?

Bernard Shaw dijo que “El castigo del mentiroso no es que nadie le crea nada, sino que él no puede creerle a nadie”. Ni con AMLO, ni con Ciro. Ni con los nostálgicos del saqueo que critican al obradorismo desde su rencor por la pérdida del poder, ni con quienes le rinden culto a la personalidad de don Andrés, igualito que lo hacían con Salinas y los demás.