jueves, octubre 17

Inútil “diálogo” con inversionistas gringos. LA VERSIÓN NO OFICIAL. Por Jesús López Segura

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El verdadero diálogo tendrá que darse en la renegociación del T-MEC con el o la próxima presidenta de EE. UU.

Para nadie –fuera de las fanáticas huestes del obradorismo– es un secreto que México se está transformando en una dictadura bananera, es decir, un gobierno que usa recursos públicos diariamente para difundir propaganda política, y destruye el equilibrio de poderes con el pretexto de “democratizar” la selección de juzgadores por la “tremenda corrupción y nepotismo del Poder Judicial” pero sin tocar la tremenda corrupción en los demás poderes y en las fiscalías y ministerios públicos.

Todo el mundo lo sabe menos, al parecer, el heterogéneo gabinete de la presidenta Sheinbaum, conformado por una suerte de doble personalidad esquizofrénica: Los que quedaron impuestos por su antecesor y tienen el control político del “nuevo” gobierno en áreas clave como las cámaras de Senadores y Diputados; Gobernación; Coordinación de Asesores; y la inmensa mayoría de los gobiernos estatales, entre otras instancias estratégicas clave como el INE y el partido oficial (en manos nada menos que del hijo del expresidente), por una parte, y en el otro bando, los cuadros designados por ella sin presión de su mentor, lo que no le garantiza a doña Claudia, de ninguna manera, una lealtad a toda prueba mientras el verdadero control político se ejerza desde Palenque.

Sin especulaciones, es decir, exclusivamente basados en hechos, sabemos perfectamente qué clase de criterios usa la 4té (al menos en su primer piso) para seleccionar a los ministros de la Corte. Lenia Batres queda retratada en todo su esplendor salvaje en el pleito de vecindad donde le dice “hija de su reputísima madre” a la casera por cometer el pecado de cobrarle la renta, luego del lastimoso alegato de su hijo –al estilo del “Chavo del 8“– de que le han puesto macetitas y regado sus plantas.

Lenia Batres

Lenia Batres

Otra ilustre ministra de la Corte resultó ser una presunta plagiadora profesional de tesis y, después de ser exhibida, todavía tiene el descaro de adoptar poses de sapiencia doctoral para ejercer quizá el cargo que mayor capacidad académica (al menos en la materia del Derecho) exigiría a quien lo ostente.

Ni Kamala Harris ni Donald Trump tienen interés alguno en continuar con el tratado de libre comercio con México. Harris votó en contra y Trump aseguró ayer mismo, –mientras doña Claudia pensaba que los inversionistas gringos que acarreó el hábil Marcelo Ebrard a Palacio Nacional son tan ingenuos que se les puede meter el dedo en la boca con argumentos que contradicen por completo los hechos de su gobierno– juraba, en uno de su más rabioso discurso, que, si llega a presidente, ni un solo auto fabricado en México, ni uno solo, se venderá en Estados Unidos.

Poco abona a paliar ese obscuro presagio para el tratado el que Sheinbaum siga empecinada en cumplirle a AMLO su caprichito de vengarse de la Corte que osó poner en aprietos sus intenciones de militarizar la Guardia Nacional.

Sheinbaum y AMLO con la Guardia Nacional

Sheinbaum y AMLO con la Guardia Nacional

Nadie, salvo los alienados del obradorismo autoritario –y mucho menos los pragmáticos inversionistas extranjeros–, se traga el cuento de que la reforma judicial tiene el propósito de acabar con la corrupción y el nepotismo (ciertamente extremos) de la justicia mexicana. Esta ridícula y peligrosísima reforma (con su único antecedente en Bolivia –donde ya no saben cómo revertirla– y en zonas específicas de Estados Unidos) es, junto con la política de “abrazos y no balazos a la delincuencia”, el hazmerreír en todo el planeta.

Mientras más tarde la científica Sheinbaum en desembarazarse de las ocurrencias de su antecesor, más oportunidades que el bendito nearshoring nos pone en bandeja de plata seguiremos tirando al basurero de nuestra lamentable historia.

¿Por qué no correr solo a los malos jueces, esos que dicen liberan delincuentes? ¿Por qué arrasar parejo con buenos y malos jueces y magistrados al azar, mediante un sorteo ridículo y humillante de tómbola?

¿Creen realmente que nadie en el mundo se ha dado cuenta de la forma en que manipulan los procesos electorales, con un INE al que primero querían desaparecer y ahora es un “modelo de probidad” con su amiga Taddei?

¿O con sospechas documentadas de financiamiento del narco y que ésa que parece su mejor habilidad para “gobernar”, desde luego se va a poner en práctica para imponer a los abogados de los narcos y delincuentes de cuello blanco en todo el Poder Judicial?

¿Por qué no despedir solo a todos los familiares de jueces y magistrados impuestos por el nepotismo imperante?

¿Por qué no echan de la Corte solo a la plagiadora y a la otra, la ignorante pendenciera?

¿Creen que somos idiotas?

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