Señala de machistas a los “comentócratas” que le hacemos ver le están tendiendo la cama

LA VERSIÓN NO OFICIAL. Por Jesús López Segura

Doña Claudia, de todas mis consideraciones (como diría Marco Levario) respondió hoy a la columna “Andy contra Omar” -que comentábamos ayer- de Raymundo Riva Palacio, donde el barroco analista afirmaba que “la sucesión presidencial se está cruzando en la estrategia de seguridad, demasiado pronto para ese proceso y demasiado rápido para lo que tiene que enfrentar Claudia Sheinbaum“.

¿Andy impuesto por su padre, López Obrador en Morena para mantener el control?

Básicamente, Riva Palacio asegura que los obradoristas “duros” sabotean -“complotean” dijo Sheinbaum– a su secretario consentido, Omar García Harfuch, “para descarrilarlo de la sucesión del 2030”. Discrepé de Raymundo, porque demasiado pronto o no, las posibilidades reales de Harfuch, como las de cualquiera otro suspirante precoz, dependerán enteramente de sus resultados que, en su caso, competen al delicadísimo tema de la Seguridad, en cuya estrategia radica, precisamente, el único punto de quiebre entre el claudismo y el obradorismo, es decir, Claudia parece coincidir en todo con su antecesor y padrino político hasta el grado de ser acusada de “caja de resonancia” del tabasqueño, pero se distancia radicalmente de él en un aspecto medular: el paradigma de Gobierno frente a la delincuencia, al menos hasta ahora en el nivel teórico.

AMLO, como se ha repetido hasta el cansancio, es un militarista que traicionó su oferta de campaña de regresar las fuerzas castrenses a sus cuarteles y logró imponer a la Guardia Nacional en el ámbito y control constitucional de la Sedena, pero no para perseguir, aprehender y en su caso abatir a los delincuentes, sino mantenerlos dentro de los márgenes de la pax narca, en los que pueden extorsionar y matar, pero sin enfrentamientos masivos como los que están ocurriendo en Sinaloa y en cada vez más lugares del país.

García Harfuch el supersecretario que resguardará la seguridad

Claudia impulsó una reforma -aprobada por unanimidad, por cierto- para crearle su supersecretaría a García Harfuch, en un nuevo paradigma de combate real a la delincuencia, con base en labores de inteligencia y coordinación institucional, que devuelve el control de la Seguridad a los civiles. He ahí -y no en una presunta anticipadísima sucesión presidencial- el verdadero centro de la disputa por la nación que me motiva a cerrar filas con la Presidenta, con todo y que ella misma parece no darse cuenta de los lobos que la rodean.

¿Monreal y Adán Augusto López le tienden la cama a la Presidenta?

Con una “pregunta” inducida a través de Lord Molécula, el prototipo del rastrerismo chayotero, quien se limitó a mal leer algunos párrafos de la columna de Raymundo Riva Palacio para pedirle su opinión a la doctora, Sheinbaum respondió:

“Pero esto es ciencia ficción, novela, una serie, este, basada en no sé qué. Pero además me llama la atención porque también hay otros comentócratas, les llamo yo, conductores, que dicen que ‘Sheinbaum tiene que dar un golpe. Poner la mano dura porque Adán Augusto, Monreal y Andrés Manuel López Beltrán están comploteando’ (sic).

¿Saben qué hay en el fondo?, un machismo tremendo, la verdad. Primero, somos un equipo de trabajo, cada quien en su lugar. Hay una unidad enorme en nuestro movimiento, bueno, lo pueden ver en cómo se han aprobado todas las reformas que se han planteado y el trabajo que se está haciendo. Somos un equipo.

Pues que se dedique a hacer libros de ciencia ficción, porque digo, ¿cuál es la fuente?”.

La fuente, señora Presidenta, es su propia ingenuidad -en el mejor de los casos- creyendo que el machismo desbordado que la acosa se ubica en la bien intencionada labor de los comentócratas críticos del militarismo en Seguridad, como sinónimo de simulación, y no en las huestes de cancerberos del obradorismo obsesionados con la militarización, por motivos inconfesables.