Desaparecer plurinominales implicaría un alto costo democrático al cancelar minorías en el Congreso

En un gesto que, aunque razonable en términos democráticos, se suma a sus actos recientes de rebeldía frente al liderazgo presidencial, Ricardo Monreal cuestionó la propuesta de Claudia Sheinbaum para eliminar las diputaciones plurinominales. Desde su posición como presidente de la Junta de Coordinación Política en la Cámara de Diputados, advirtió que desmantelar la representación proporcional implicaría un alto costo democrático, al cerrar las puertas a la participación de las minorías en el Congreso.

Monreal reconoció los problemas del modelo actual —como la escasa rendición de cuentas y la desconexión con el electorado—, pero defendió su principio fundacional: corregir la exclusión política. Propuso, en su lugar, reformas graduales, como la implementación de listas abiertas o no bloqueadas, que permitirían mayor control ciudadano sin sacrificar la pluralidad.

Subrayó que no existen sistemas electorales universales ni neutros: todos responden a valores políticos en disputa, y cada sociedad debe encontrar el equilibrio entre gobernabilidad, equidad y representación según sus propias prioridades. La solución, insistió, no es renunciar a la pluralidad para ganar cercanía, sino encontrar fórmulas intermedias que fortalezcan la legitimidad democrática sin excluir voces disidentes.

Con esta intervención, Monreal no solo coloca sobre la mesa alternativas técnicas viables, sino que refuerza su imagen como contrapeso interno en Morena frente al proyecto centralizador de Sheinbaum, pero en momentos en que las presiones sobre la mandataria desde Palenque, para evitar que personajes como Adán Augusto López sean llevados ante la justicia, no resultan los más idóneos.