“Aquí vivo a toda madre”: Noroña. LA VERSIÓN NO OFICIAL. Por Jesús López Segura

De porro legislativo franciscano, a burgués hipotecado. Que investiguen lo que quieran, reta Noroña
Gerardo Fernández Noroña, el porro que se disfraza de legislador para gritar consignas contra el “neoliberalismo rapaz”, acaba de confirmar lo que un periodista ventiló: la compra de una casa por 12 millones de pesos en Tepoztlán, ese paraíso hippie convertido en refugio de políticos que juraban morir en vecindades pero terminan enterrando sus cenizas en mansiones de lujo.
El presidente de la Mesa Directiva del Senado, con su típica retórica de barricada, asegura que no hay nada qué investigar: todo lo paga con su salario de senador y con lo que le deja su canal de YouTube. Así, con una simple membresía digital y unas diatribas transmitidas en vivo, se saldan créditos millonarios. Vaya pedagogía de la “austeridad republicana”.
Según su propia confesión, Noroña ya vive “a toda madre” en su nueva residencia y hasta proyecta morir allí. Nada mal para alguien que durante años se vendió como el azote de los ricos y el paladín de los desposeídos. Pero claro, ahora la pobreza se combate con discursos mientras los dirigentes se instalan en montañas sagradas, desde donde predican contra el capitalismo… con la hipoteca más burguesa posible.
“Que investiguen lo que quieran”, desafía el senador, convencido de que el único pecado es cuestionar el esfuerzo titánico de subir videos a YouTube y cobrar un sueldo público. ¿Cómo atreverse a insinuar vínculos criminales cuando lo que hay detrás es simplemente el milagro de vivir de la verborrea?
La incongruencia alcanza niveles de caricatura: el hombre que presume jamás haber aceptado favores de nadie, ahora exige “seriedad” a medios y opositores, como si la contradicción de un “revolucionario hipotecado” no fuera suficiente prueba de que la política mexicana, en manos de estos personajes, no es más que un teatro grotesco.
En resumen: Noroña vive en la montaña, “a toda madre”, mientras abajo, en el llano, sus electores siguen pagando rentas imposibles. La austeridad republicana, versión inmobiliaria… al menos Noroña ya se sinceró: no es porro de tiempo parcial, sino burgués de tiempo completo.