Azucena Cisneros juega al avestruz. LA VERSIÓN NO OFICIAL. Por Jesús López Segura
CJNG toca la puerta de Ecatepec… y el gobierno municipal dice “no pasa nada”
Mientras el gobierno federal advierte focos rojos, en el palacio municipal de Ecatepec siguen empeñados en mirar hacia otro lado. Las autoridades encabezadas por la higinista Azucena Cisneros prefieren negar la realidad antes que enfrentarla: el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) ya huele la sangre de un territorio donde el crimen organizado ha mandado por años… sin que nadie se inmute demasiado, según un amplio reporte de El Universal.
La reciente desarticulación de La Chokiza —ese grupo criminal disfrazado de “organización social”— dejó un vacío que el CJNG se apresura a ocupar. Reportes federales detectan células afines intentando tomar control del negocio: extorsión, secuestro exprés, narcomenudeo, robo de autos, despojo de inmuebles y hasta la organización de “bailes sonideros” con fines poco musicales.
Pero desde Ecatepec se afirma que aquí no hay cárteles. Aquí sólo hay homicidios —en descenso, dicen— y una “fuerte presencia territorial” de las autoridades. Una narrativa perfecta… si se ignorara por completo lo que ocurre en las colonias donde reina el miedo.
El monstruo que parieron
La caída de Alejandro Gilmare Mendoza Díaz, El Choko, en enero pasado, tras la llegada del capitán de navío Édgar Antonio Machado Peña a Seguridad Pública, rompió la estructura de La Chokiza. Pero lejos de extinguirla, la mutó. Ahora se llaman Los Manzano —porque cambiarse de nombre siempre resuelve los problemas— y operan con la misma violencia de siempre.
Al frente quedó David Mendoza Díaz, hermano del fundador, acompañado de una colección de socios de lujo: operadores violentos, líderes sindicales y hasta una exalcaldesa capitalina, según los informes citados.
El inventario criminal es extenso:
Extorsión a transportistas y comerciantes
Préstamos gota a gota a punta de pistola
Tráfico de drogas y armas
Chelerías y bares clandestinos
Control del transporte público
Vandalismo y homicidios
Y todo ello con la complicidad —voluntaria o por negligencia— de autoridades que hoy fingen sorpresa.
Historia conocida, indolencia repetida
La Chokiza —ahora Los Manzano— surgió entre 2019 y 2020 desde el seno de la propia Fiscalía mexiquense. Un “policía en prácticas” terminó convertido en capo: ¡qué eficiente semillero delictivo!
En 2023 se cobijaron en la USON y en 2024 ya eran grupo de choque político contra la administración de Fernando Vilchis. Las autoridades siempre supieron de su existencia. Pero los abrazos institucionales resultaron más rentables que las balas legales. Hoy, los remanentes de esa estructura chocan con nuevas ambiciones: el CJNG quiere comerse el mismo pastel.
El colmo: negar lo evidente
Frente a los reportes federales, la respuesta del Ayuntamiento roza el insulto a la inteligencia. Faustino de la Cruz, secretario del gobierno municipal, aseguró sin rubor:
“No tenemos indicios de que cártel alguno esté como tal ya posicionado”.
Ecatepec —uno de los municipios más poblados del país y con estadísticas criminales que quitan el sueño— según la administración de Azucena Cisneros, está bajo control. Y si la Marina, Sedena y Guardia Nacional patrullan sus calles, es por simple cortesía, no porque sea un infierno urbano.
¿Quién le cree todavía a este gobierno municipal?
El CJNG no llega a tocar puertas por cordialidad. Llega porque sabe que puede entrar. Porque huele debilidad, desorden y un ayuntamiento más preocupado por el discurso que por la seguridad de su gente.
Negar la presencia del crimen organizado no lo desaparece. Sólo confirma quiénes se niegan a combatirlo.
En Ecatepec, el silencio del gobierno se ha vuelto el mejor aliado del miedo.
