¿Son pendejos los de la DEA, o qué? LA VERSIÓN NO OFICIAL. Por Jesús López Segura
“Me quieren dar en la madre” le dice Alejandro Gertz a Carmen Aristegui
El fiscal aviador, don Alejandro Gertz Florero (como ya lo identifican en las malditas redes sociales) no solamente se aventó la puntada inaudita de exonerar al general 100fuegos en fast track -exponiendo a Marcelo Ebrard al suicidio político– sino que, ya encarrerado -y muy enchilado por cierto- se quiere echar encima otro desplante suicida, el de demandar a “los pendejos de la DEA” en instancias internacionales por andar levantando (fabricando diría López) acusaciones falsas contra los sacrosantos e inmaculados militares mexicanos.
Don Andrés tuvo que echar mano hoy de sus mejores recursos retóricos (que están a punto de rayar en lo demagógico) para reiterar su inamovible confianza hacia el Florero que puso en la Fiscalía General de la República, alegando que no por ser un militar de alto rango se solicitó a los Estados Unidos que trajeran al general a juzgar acá, puesto que se hubiera hecho lo mismo por cualquier otro compatriota. ¿Te cae?
No Mamy Blue, diría el payaso Tenebroso en sus buenos tiempos, antes de que se volviera patiño y bufón de Carlitos Loret. Nadien (Delfina dixit) sabía, ni sabe hasta la fecha (por eso Anabel Hernández asegura que se trata de un falso debate) si las acusaciones contra 100fuegos están o no bien fundamentadas, porque se supone que el legajo de 700 páginas (reducidas en un arranque de transparencia por Gertz a 2 renglones -pues todo lo demás está tachado o “testado” con plumón negro-) está respaldado por testimonios en video de los protagonistas de las llamadas en BlackBerry.
Es la segunda vez que nuestro fiscal de plomo (ojalá fuera de hierro) hace el ridículo en el espacio noticioso de Carmen. La primera fue cuando Edgardo Buscaglia se esforzó inútilmente en tratar de hacerle comprender al irascible cabeza hueca que las diligencias de la Unidad de Inteligencia Financiera a cargo de Santiago Nieto Castillo no deben ir acompañadas de pruebas, porque son simples hallazgos de movimientos financieros con los que se pueden presumir delitos de lavado de dinero, por ejemplo, que la Fiscalía y solo la Fiscalía -no Anabel Hernández, no Santiago Nieto, no el presidente López Obrador ni “nadien” más, sino la Fiscalía, debe realizar. Punto.
Gertz insistía una y otra vez que le rebotaba el 98% de sus informes a Santiago Nieto porque no los acompañaba con las pruebas suficientes, lo cual constituye un crimen de leso Derecho Procesal tratándose de un fiscal “experto y confiable” como califica el Presidente López Obrador, ya contagiado con el virus de la irracionalidad jurídica de Gertz cuando le pide a la periodista Anabel Hernández que presente -además de su múltiples libros perfectamente documentados- las denuncias ante las instancias correspondientes. ¿Y entonces para qué -¡por el amor de Dios! como diría Gertz-, sirve la Fiscalía?
Sin ser expertos en temas jurídicos ayer pudimos advertir por lo menos tres nuevas pifias del fiscal que podrían escandalizar hasta un niño de 12 años analfabeta: la primera fue cuando afirmó en entrevista con Ciro Gómez Leyva -y reiteró con Carmen– que la jueza gringa decretó la “inocencia” del general.
La segunda fue cuando sostuvo que no tenía idea de por qué los gringos decidieron repatriar a 100fuegos si era tan “robusto” su caso.
Aristegui comió sapos y se aguantó hasta que la regañara el furibundo fiscal para explicarle lo que cualquier hijo de vecina (excepto los fanáticos del obradorismo ¡claro!) entiende con diáfana claridad, simplemente porque es del conocimiento público: Los gringos no perdonaron, no decretaron ni inocencia ni culpabilidad alguna, simplemente accedieron a la petición -o más bien amenaza- del gobierno mexicano de que se nos permitiera juzgarlo acá por tratarse de un militar de altísimo rango. Punto.
El amigo americano (y ya casi ex presidente Trump) nos envió al general envuelto para regalo, esperando sinceramente que sería juzgado con rigor por un fiscal que todavía se dio el lujo de responder a la pregunta inteligente y lépera de Carmen (que escandalizó a los soeces mal hablados hipócritas de “Sin Censura” -aunque usted no lo crea-) sugiriendo que los de la DEA, efectivamente, son unos pendejos, como está a punto de calificarlos nuestro fallido fiscal.
Lo más paradójico de este embrollo “diplomático” es que un Presidente mexicano “de izquierda” parece que se habrá llevado mucho mejor con el racista antimexicano Trump que con el demócrata razonable y mesurado que lo sustituye para alegría y regocijo del resto del mundo.