sábado, noviembre 23

Frustran atentado con bomba en la puerta de la Refinería de Salamanca: Por Jesús López Segura/La Versión no Oficial

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Moody’s descarta cambios en calificación de Pemex en el primer semestre; dará a AMLO beneficio de la duda

El padre del análisis coproparasitoscópico de la economía mexicana, David “El Popeye” Páramo, inicia su perorata de anoche, en Imagen TV, con un título telenovelero: “Un Gobierno. Dos caminos”, dicho lo cual, se arranca textualmente:

Rocío Nahle, quien es quizá una de las personas más soberbias que hayan llegado a cualquier Gobierno en la historia del mundo, dice que ella no confía en las calificadoras. Y ¿a quién le importa? ¡¿A quién le importa lo que Rocío Nahle confíe o no confíe?!… Rocío Nahle dice no confío en las calificadoras, son hipócritas…”

“Y el Presidente un poco”, ataja Ciro Gómez Leyva, con su habitual dualidad, entre regañona y complaciente, con su patiño, quien, ya encarrerado, agrega: “El que debería estar haciendo declaraciones sobre Pemex es Duro de Matar“.

Ciro de inmediato concuerda, revelando el nombre del Director de Pemex, con una sonrisa socarrona, lo que expone, sin lugar a dudas, la campaña que varias televisoras hegemónicas han emprendido contra Octavio Romero Oropeza sin obtener su cabeza. Por eso Páramo lo llama “duro de matar“.

“Buenas noches chairo. Buenas noches chaira”, remata muy contento el cabeza de chayote (en más de un sentido) al revelar que “el crecimiento promedio anual de Enrique Peña es el más alto desde Ernesto Zedillo“.

Por su parte, el analista de La Jornada, Enrique Galván Ochoa, comenta que la chayocracia (léase David Páramo, et al) empezó a hacer predicciones apocalípticas sobre el futuro de México tan pronto como Fitch bajó dos escalones la calificación a Pemex, y se pregunta

¿Quién califica a calificadoras?

“Nadie pone en duda la influencia que tienen las calificadoras sobre las decisiones de los inversionistas. Pero no son infalibles ni inmaculadas. Su prestigio cayó por los suelos en la crisis hipotecaria de Estados Unidos que se convirtió en global”.

Esto publicó Reuters en noviembre 11 de 2013 y fue reproducido por la revista Forbes: “Los liquidadores de dos fondos de cobertura del quebrado banco de inversión Bear Stearns presentaron una demanda contra las tres principales agencias calificadoras de crédito, acusándolas de la asignación fraudulenta de calificaciones infladas a valores de los fondos. La demanda contra Moody’s Investors Service, Standard & Poor’s y Fitch Ratings busca una indemnización por daños y perjuicios vinculados a más de mil millones de dólares en pérdidas sufridas por los fondos. El reclamo fue presentado ante la Corte Suprema de Nueva York”.

“¿Qué tal? ¿Quién califica a las calificadoras?”, concluye Galván.

La concentración de la riqueza, a escala global, alcanza ahora cifras inimaginables:

Oxfam publicó un informe en el que denuncia que tan sólo ocho personas (ocho hombres en realidad) poseen la misma riqueza que la mitad más pobre de la población mundial, 3.600 millones de personas.

Oxfam describe cómo grandes empresas y los más ricos logran eludir y evadir el pago de impuestos, potencian la devaluación salarial y utilizan su poder para influir en políticas públicas, alimentando así la grave crisis de desigualdad. El informe también demanda un cambio fundamental en el modelo económico de manera que beneficie a todas las personas y no sólo a una élite selecta.

¿Tendría algo de extraño que algunos de quienes conforman esa élite, por ejemplo, Carlos and Charles hubieran untado la mano de Fitch para reprobar a Pemex, luego de sus fallidos intentos terroristas contra los ductos de Pemex?

La misma hipocresía que describe el Presidente López Obrador para exhibir a una calificadora que se hizo de la vista gorda ante el saqueo de Pemex, exhibe Ciro Gómez LeyvaPor la Mañana” cuando se pregunta.

¿Cómo está eso? ¿A quién puede interesarle poner una bomba en la puerta de la refinería de Salamanca?

Y se dice analista político.

Desde luego, sólo menciona de pasadita que Moody’s descarta cambios en calificación de Pemex en el primer semestre; dará a gobierno de AMLO beneficio de la duda durante la primera mitad del año.

Por cierto, que Ciro reduce ese “beneficio de la duda al gobierno de López Obrador” a sólo 3 meses y desde luego no recrea las declaraciones de la vicepresidenta Senior de Moody’s Investor Service, Nymia Almeida: “Queremos darle el beneficio de la duda porque este gobierno viene con un mandato muy fuerte en reducción de gastos, en costos, y eso es justo lo que necesita la empresa. Si no le ha alcanzado el dinero para invertir, para estabilizar la producción, es porque ha gastado más de lo que debería en proyectos que en otras partes del mundo cuestan más barato”.

Con información de La Jornada, Imagen TV, Telefórmula y Animal Político

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