jueves, marzo 28

Las agencias “calificadoras” y la prensa huachicolera: Por Jesús López Segura/La Versión no Oficial

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Como no les funcionó el sabotaje a los ductos, recurren al terrorismo financiero

La agencia calificadora Fitch Ratings bajó las calificaciones crediticias de Petróleos Mexicanos (Pemex) en moneda local y extranjera a largo plazo, debido a factores como su estrecho vínculo con el gobierno, reducción de inversiones, así como su baja producción. Fitch estimó que Pemex debe recibir un monto anual de entre 9 mil y 14 mil millones de dólares “para detener la caída anual de producción si es eficientemente invertido”. Cuestiona el respaldo del gobierno mexicano, al considerarlo moderado, pese a que la administración de Andrés Manuel López Obrador prometió aplicar un aumento de 75 mil mdp al presupuesto de Pemex en 2019.

Como acertadamente señala esta mañana el Presidente López Obrador, a la agencia Fitch Ratings no parece haberle preocupado en absoluto que los gerentes de Pemex y sus jefes -en el más alto nivel de la administración pública federal anterior- hayan estado robándose las gasolinas de Petróleos Mexicanos en cantidades industriales; un monto equivalente, tan solo en el año pasado, a 65 mil MDP. No les llamó la atención que se desmantelara una de las empresas petroleras más grandes del mundo, y que el gobierno federal usara sus enormes ganancias no para invertir en la producción de derivados del petróleo, o en nuevas refinerías, ni siquiera para dar mantenimiento a las existentes, sino para financiar a una burocracia cada vez más obesa e improductiva.

“¡Si no se toman medidas urgentes este 29 de enero, será el inicio de la crisis energética del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador!” grita desaforadamente David Páramo, el mismo “Padre del Análisis Superior” que minimizó la bomba informativa de diciembre, cuando López Obrador dio a conocer el robo institucional, el huachicoleo oficial que sufrió la empresa de los mexicanos en las administraciones anteriores, lo que constituye un escándalo internacional de proporciones bíblicas.

¿Tanto así?, le repite la pregunta Ciro Gómez a David Páramo, “¿tanto así?”, apegándose al sketch ensayado para poner las alertas rojas en el país porque la Calificadora de marras disminuyó dos grados de inversión a la paraestatal mexicana, lo que -especulan- “podría provocar que la deuda petrolera y del país en general suba”.

Ya Por la Mañana, instalado en los micrófonos de Telefórmula, vimos a Ciro “rematándola”: Dice textualmente el vocero de la nueva derecha mexicana: “López Obrador respondió lo mismo de siempre ante la pregunta de qué pensaba hacer respecto de la nota de Fitch Ratings: que un grupo de neoliberales se dedicaron a saquear al país… Tú eres una de ellos, Vanessa Rubio Márquez” aprovecha Ciro para dar entrada a la entrevista telefónica con quien era considerada brazo derecho de José Antonio Meade.

Desde luego, Vanessa Rubio niega que esa calificadora esté devaluando la capacidad crediticia de Pemex por el cuantiosísimo robo institucional, por el saqueo que llevaron a cabo sus jefes, los encargados de cuidar ese patrimonio de los mexicanos y que deberían estar pudriéndose en la cárcel. Asegura que se debe a las medidas incorrectas que la actual administración está instrumentando para hacer frente a los adeudos de la empresa.

A este respecto, Gabriel Reyes Orona, ex procurador fiscal de la federación, señala con Aristegui que le “parece criminal y cínico que Vanessa Rubio le pregunte al director de Pemex qué piensan hacer, cuando ella es la responsable de que la paraestatal esté sobrendeudada, porque ante la grave situación de falta de mantenimiento y falta de pago a los trabajadores, a ella se le ocurrió prestarle dinero a Pemex, violando la Constitución y sacando el dinero de Nacional Financiera y Bancomext, para pagar”.

“Las calificadoras tienen su lógica (“la remata” Ciro Gómez)… y creo por ahí se va a topar con piedra el Presidente López Obrador. Quizá pueda cambiar muchas cosas en México, pero ¿pensar que desde aquí va a modificar a las calificadoras?… Y creo que el siguiente paso va a ser la negación de las calificadoras, como si México fuera una isla y, entonces sí, ¡agárrense!”

No se necesita ser un gran economista -basta con ver la película “Inside Job“- para saber que las agencias “calificadoras” internacionales están al servicio de sus clientes neoliberales y que secretarios del Tesoro y de Hacienda, Dueños de Casas de Bolsa, las propias empresas calificadoras, periodistas especializados en economía y hasta departamentos de Economía de prestigiosas universidades, forman un bloque común destinado a brindar el “marco teórico irrefutable” que justifique el saqueo internacional de empresas, no mediante iniciativa emprendedora o productiva alguna, sino con base en la simple y llana especulación financiera.

Se trata de una de las formas más despreciables de terrorismo: el terrorismo financiero, al cual evidentemente han terminado por recurrir los huachicoleros mayores, los jefes del robo masivo de los bienes nacionales que han decidido darle un zape al presidente López Obrador luego de ver fracasado su intento de frenar la lucha contra el huachicol mediante el sabotaje de ductos.

El terrorismo financiero lo desatan, por lo regular, las calificadoras y luego viene el pánico y la fuga de capitales, la devaluación y la inflación. Así han destruido países como Venezuela. Todo ello con la ayuda, desde luego, de los padres del terrorismo mediático, a quienes el Jefe huachicolero mayor les obsequió -antes de irse a disfrutar de su fortuna mal habida- otros 20 años de explotación del espacio radioeléctrico de los mexicanos.

Justo un día después de que AMLO calificó a Carlos Salinas de Gortari como “El Padre de la desigualdad en México“, viene el golpe de la calificadora. ¡Qué coincidencia!

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