Familias fuertes, tarjetas rosas… Burócratas destruyendo el futuro. Por Jesús López Segura / LA VERSIÓN NO OFICIAL
No se dijo nada del ejército de aduladoras “rosadas” de Alfredo del Mazo
Ayer compareció el secretario de Desarrollo Social del gobierno delmacista ante un Congreso mexiquense dominado formalmente por Morena, pero en el que abundan los y las improvisadas que no tienen ni la más mínima idea de la responsabilidad histórica que llevan a cuestas.
Francisco Javier Erick Sevilla Montes de Oca fue cuestionado por algunas diputadas y diputados, con pancartitas y ligeros raspones verbales, pero nunca con la severidad que merecía el escándalo recientemente publicado por el portal SinEmbargo, sobre la forma truculenta en que las beneficiarias de la Tarjeta Rosa son capacitadas por el Gobierno mexiquense para construir un ejército de aduladoras profesionales del Sr. Gobernador.
Como de costumbre, la diputada mejor informada (aunque en esta ocasión pecó de grave desinformación -en el mejor de los casos-), fue la morenista Guadalupe Mariana Uribe Bernal quien, apenas el año pasado, puso en ridículo al mismo secretario Sevilla, basándose en una información publicada en el mismo portal (SinEmbargo), sobre los escandalosos desvíos de fondos durante el último año de Gobierno de Eruviel Ávila, hacia destinos descaradamente electoreros.
Un año después, la misma diputada encara al secretario, a escasos días de que SinEmbargo publicara el que acaso será el mayor escándalo del sexenio delmacista (suponiendo que dure los 6 años), a saber, que su programa electorero estelar, denominado Familias Fuertes, Salario Rosa, no solamente es abismalmente insuficiente para incidir en la presunta mejora económica de las familias pobres, como presume, sino que lleva en su propia estructura y funcionamiento el germen de su contradicción misógina y electorera, pues condena a las amas de casa a seguir siéndolo y maquilla su doméstica servidumbre con cursillos de corte y confección y -otros por el estilo- que no hacen sino perpetuar su hogareña esclavitud.
De unos 9 millones de mujeres mexiquenses, sólo 204 mil han recibido el “beneficio rosado” y, en la mayoría de los casos, según denuncia la diputada en cuestión, no durante todo el año porque el programa estipula que se entregarán 2 mil 400 pesos bimestrales durante 6 bimestres o menos, dependiendo de la disponibilidad de recursos, siempre, por lo demás, en estado crítico.
Pero eso no es lo más grave. SinEmbargo acaba de denunciar que el propio coordinador de Comunicación Social del Gobierno de Del Mazo, Jorge Alberto Pérez Zamudio, confesó abiertamente en entrevista con ese medio digital, muy orondo y orgulloso, que las beneficiarias del salario rosa son alfabetizadas digitalmente para crear un grupo masivo de aduladoras de los programas sociales del Sr. Gobernador, un Ejército de acarreadas digitales para hacer propaganda en Internet, fraude electorero que este “comunicador” define como un “programa novedoso” para abaratar los costos de difusión de su oficina en redes sociales.
Los diputados mexiquenses de Morena, señalados ya desde hace tiempo como sospechosamente colaboracionistas con el Gobierno de Del Mazo, dejan pasar este escándalo monumental -porque el propio funcionario está confesando la comisión de un delito grave- y con ello la oportunidad de corresponder a la confianza ciudadana que les otorgó la mayoría, con la esperanza de que pusieran un coto a las seculares trapacerías del Grupo Atlacomulco.
¿Cuántos años más tenderemos que esperar?
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