jueves, noviembre 21

Toluca, ciudad feminicida por excelencia. LA VERSIÓN NO OFICIAL. Por Jesús López Segura

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Mientras el gobernador priista reparte tarjetas rosas, el alcalde “morenista” hace gala de caprichos y frivolidades

“Decenas de integrantes de colectivos feministas y alumnas de la Universidad Autónoma del Estado de México, tomaron las calles de la capital mexiquense para protestar por la violencia feminicida en la entidad y exigir que los asesinatos de Karla Isela, Karina [y otra chica no identificada], perpetrados el fin de semana en Toluca, no queden impunes, como ocurre con la mayoría de las muertes de niñas, adolescentes y jóvenes en el estado”, reporta el diario La Jornada.

Con lágrimas, la madre de Karina exigió respuesta de las autoridades. Pero le cerraron la puerta en plena cara. Aseguró que, poco antes de morir, su hija pudo declarar que era víctima de violencia, por lo que la fiscalía sabe quién o quiénes son los responsables de su muerte. Pero la respuesta automática de esa dependencia inútil fue darle con la puerta en las narices. ¡Y luego se quejan de que las feministas se radicalicen!

Tan solo en este año, según datos de la prensa local, el Gobernador Alfredo del Mazo Maza -quien prometió ir duro y con todo contra los criminales- acumula 299 expedientes de feminicidios en los archivos muertos de una Fiscalía completamente ausente, una fiscalía de holograma -como dice Julio Hernández López del propio gobernador Del Mazo– tan muerta como las promesas de una vida mejor para las mujeres más pobres de la entidad, a quienes el vocero Jorge Pérez Zamudio humilla convirtiéndolas en matraqueras de su jefe, a cambio de recibir la mísera suma que -a veces- ampara la millonariamente publicitada tarjeta rosa.

¿Y qué decir del alcaldillo toluqueño?

Primero, que sus apellidos son idénticos a los del fiscal Alejandro (tenía que ser) Gómez Sánchez, pero observados desde un espejo, lo cual no significa otra cosa que ambos son igualmente frívolos, pero uno milita en el PRI y el otro en el panmorenismo típicamente atlacomulquense.

Segundo, que al caprichito de plagar con huestes de cadetes -rascándose el ombligo en cada esquina de la ciudad de Toluca, mientras la delincuencia operaba impunemente- le salió tan caro a Juan Rodolfo Sánchez Gómez que tuvo que endeudar al municipio, traicionar a sus proveedores de servicios, vender bienes públicos, talonear con sus cuates y casi casi prostituirse, y todo para dar borrón y cuenta nueva a “la estrategia”, cambiando al encargado de Seguridad nada menos que por su “back door man”, su amigo entrañable, su … un panista de Tijuana sin experiencia en la materia.

¡Ah!, Juanro, como le dicen sus amiguitos de confianza, ya les advirtió a sus padrinos del GAP que piensa reelegirse. Faltaba más. Incluso el verdadero mandamás del grupo (todos siguen creyendo que es Higinio), Horacio Duarte, ya regañó a Ricardo Moreno por andarlo denunciando de corrupto.

Pobre Toluca. Tan cerca de Del Mazo y tan lejos de López Obrador.

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