Declara AMLO que institutos como el de la Transparencia “deberían desaparecer”

“Vamos a ver qué nos responde”, dice sobre carta pidiéndole autorización para difundir datos de Loret

LA VERSIÓN NO OFICIAL. Por Jesús López Segura

El Presidente López Obrador amenazó nada veladamente al Instituto de la Transparencia con desaparecerlo (INAI) (aunque aclaró que ya no tendría tiempo), si ese órgano no avala su petición de autorizarle a hacer públicos los bienes de Carlos Loret de Mola y su familia, como solicitó en una carta que leyó íntegra en La Mañanera.

“Ya no nos va a dar tiempo a nosotros [de desaparecerlo] y además genera mucha polémica, y se requiere de reforma constitucional; y los del bloque conservador ahorita no aprueban nada, pero, la verdad, que son organismos que deberían de desaparecer”.

“Ahora que estoy haciendo este oficio para la Transparencia, este instituto, a ver con qué salen. Y es un poco lo que le estoy pidiendo, que desquiten el presupuesto, pero bueno”.

Aseguró el Jefe del Ejecutivo que, como muchos otros, ese Instituto fue creado por los gobiernos neoliberales con el único fin de legalizar el saqueo.

Parece que la defensa de su hijo José Ramón López Beltrán está llevando al mandatario mexicano a radicalizar posturas que durante toda la primera mitad de su gobierno ha procurado matizar y mantener sólo en el nivel de un discurso beligerante, pero discurso al fin.

Ayer, prácticamente amenazó con revisar las concesiones de Televisa y W Radio, evidentemente molesto porque la televisora había supuestamente despedido a Loret, pero lo mantuvo en nómina con 11 millones de pesos el año pasado.

Hoy, don Andrés explicó que Latinus, por ejemplo, financia a Loret con recursos públicos, porque el capital de esa emisora –dijo– se finca en dinero de proveedores de medicamentos en Michoacán y otros estados. Mediante este malabarismo conceptual, el mandatario trata de justificar que la denuncia de los sueldos de Loret no es violatoria de la ley de protección de datos, porque “se trata de dinero público”.

Pero si lo de ayer fueron insinuaciones, lo de hoy fue una amenaza franca y abierta. “Vamos a esperar qué nos resuelve el Instituto de Transparencia, creado por Fox y una de cuyas primeras acciones, si no es que la primera, fue encubrir las condonaciones de impuestos, prohibir que se dieran a conocer los nombres de los favorecidos con esa práctica ilegal”.

“Luego –continuó López Obrador— encubrieron el escándalo de Odebrecht. Vamos a ver qué resuelven de mi petición… “. Es una pena que el Presidente de México se decida hasta ahora, “cuando ya no hay tiempo” –y por motivos no de justicia social sino estrictamente personales– a desaparecer a la burocracia simuladora que generó el neoliberalismo ciertamente para fingir “transparencia”, pero también “democracia”, “lucha contra la corrupción” y toda una serie de instituciones paralelas al gobierno, cuya millonaria administración se dejaba en manos de intelectuales orgánicos y amigos de los burócratas de más alto nivel en turno.

Es muy loable que se adelgace esa burocracia iatrogénica, pero es una lástima que se haga por las motivaciones incorrectas.