Yasmín Esquivel es exonerada por la Fiscalía capitalina. De plagiadora a plagiada
En “nado sincronizado”, Morena propone que el delito de plagio prescriba en 5 años
LA VERSIÓN NO OFICIAL. Por Jesús López Segura
En nado sincronizado, como le fascina decir a la vocera del voz-cero presidencial, la fiscal capitalina y un diputado, Manuel Alejandro Robles Gómez, a quien la propia Ernestina Godoy libró de una orden de aprehensión en el 2019, le echaron encima al abogado plagiado por Yasmín Esquivel el aparato Judicial y Legislativo al unísono, lo que se suma a los mañanerazos del Ejecutivo para no dejar duda de que los 3 Poderes de la Unión, juntos, pueden orillar a un humilde abogado plagiado, Édgar Ulises Báez Gutiérrez, al recule, al autosacrificio y al suicidio profesional.
Queda en evidencia, así, lo que anticipé aquí en el sentido de que el Presidente López Obrador estaba demasiado interesado -litigando en favor de ello varios días consecutivos en La Mañanera– en que la resolución del escándalo del plagio de la tesis de licenciatura de su amiga, la ministra Yasmín Esquivel -esposa de su constructor favorito, el señor Riobóo– fuera dirimido judicial y no académicamente.
Queda claro ahora también el porqué de los mañanerazos contra el rector Graue.
Ni tarda ni perezosa, la fiscal capitalina determinó que la plagiada fue Yasmín Esquivel, con base en una inverosímil carta de Báez Gutiérrez, en la que, de buenas a primeras, sin anestesia, “reconoce que tomó varias referencias y texto de la tesis de Esquivel Mossa, que estaba en desarrollo, porque necesitaba acabar la carrera rápido”.
Pero el punto que cualquier muchacho de secundaria podría percibir con diáfana claridad, no es que se hayan fusilado algunas ideas del presunto pensamiento original de la ministra, sino que se trata de dos tesis idénticas, calcadas pues, pero una de ellas publicada un año antes, lo que no deja lugar a dudas de quién fue la plagiadora, por mucho que le quieran hacer manita de puerco a la víctima.
Con los 3 Poderes de la Nación encima ¿quién en su sano juicio puede pensar que el abogado plagiado iba a resistir la presión y quizá los “cañonazos de cash” para cambiar su testimonio inicial?
Un caso para Sherlock Holmes, ¿o para Elliot Ness y los Intocables?
De aprobarse la propuesta de reforma del diputado cara dura, protegería el título y la cédula profesional de Esquivel, condenada oficialmente por la propia UNAM, y protegería también a Enrique Peña Nieto y a otros bandidos de la toga y el birrete, puestos en evidencia por la excelsa labor de Guillermo Sheridan y otros aplicados cancerberos universitarios.
Robles Gómez asegura que Yasmín Esquivel “ha sido linchada mediáticamente por la derecha machista y clasista, quien [sic] ha utilizado recursos misóginos para atacarla descarnadamente”, o sea que ni siquiera tuvo el decoro de disimular que su iniciativa lleva dedicatoria.
Tras mencionar otros casos de plagio, el legislador señala que algunos fueron sancionados y otros no, por lo que llamó a poner fin a la “ambigüedad existente”.
“Ante la evidente falta de regulación en esta materia -dijo- es necesario que los legisladores tomemos cartas en el asunto, para acabar así, entre otras cosas, con la falta de certeza y seguridad jurídica existente al respecto”.
En el fondo de estos “argumentos”, asoma la intención de permitir que un abogado, ingeniero o médico que haga trampa para obtener, inmoral e ilegalmente, un título universitario, y se dé el lujo de ejercer, indebidamente, una profesión para la que no está preparado y, luego de 5 años de burlarse de la sociedad, de la universidad a la que engañó, de sus clientes, de su familia y de sí mismo, pueda ser reconocido “oficialmente”.
Lo que propone, en resumidas cuentas, este sicario legislativo, es que un bribón (o bribona) que violó los caros principios que su partido dice defender de no mentir, no robar y no traicionar, que logre la dudosa hazaña de simular durante 5 años una preparación que no tiene y que, incluso, puede llegar al máximo tribunal en materia de justicia del país con credenciales falsas, aspirando para colmo por influyentismo evidente a encabezarlo, se salga, por el simple paso de los años, con la suya.
¿A quién le habrá encargado el Presidente, con todo respeto, la estrategia de este “nado sincronizado”?
¿A Claudia o a Adán Augusto?