¡4 años de cárcel propone morenista a quien no cante bien el Himno Nacional! Por Jesús López
Diputada quiere imponer multas de más de 2 millones de pesos a quienes ofendan nuestros “lábaros patrios”
LA VERSIÓN NO OFICIAL
Dijo López esta mañana que es obra de la naturaleza, “del creador” el que solo haya habido 50 muertos luego del paso del poderoso huracán que destruyó toda la costa de Guerrero, no solo Acapulco y Coyuca de Benítez, como se nos pretende hacer creer.
¿Y también es obra del creador que en México mueran el doble de esa cifra, alrededor de 100 personas ¡diariamente! como efecto de otro huracán, el de la creciente inseguridad que azota al país entero, como consecuencia de la política de abrazos y no balazos a la delincuencia, promovida no por el creador, sino por el propio Presidente mexicano?
La mentalidad rígida de quien promueve compulsivamente la militarización plena del país, coincide a la perfección con la de uno de sus engendros en la Cámara de Diputados, Ana Elizabeth Ayala, quien propuso ayer, y así se publicó en la gaceta parlamentaria: “castigar hasta con cuatro años de cárcel, a las personas que interpreten mal el Himno Nacional, así como para quienes distorsionen los colores y forma de la bandera nacional”.
Y para que no cupiera duda de las abyectas intenciones de una mujer preocupada no por la terrible inseguridad que ha provocado más de 170 mil asesinatos dolosos en lo que va de esta administración, sino en la rendición de honores a la bandera, muy ofendida por el desdén a nuestros “lábaros patrios” como dice, argumenta lo siguiente:
“Hay cantantes consagrados que en eventos masivos no se saben las estrofas del Himno Nacional o lo entonan mal, como son los casos de Pablo Montero, Jorge “Coque” Muñiz, Ana Bárbara, María León… y Ángela Aguilar”, denunció la indignada diputada en el texto de la iniciativa, a quien por cierto, apenas en enero de este año El Frente Cívico Nacional le clausuró simbólicamente su oficina por “traición a la patria y a la democracia”, por no representar los intereses de los ahomenses, en Sinaloa.
En casos que sean considerados faltas cívicas, propuso incrementar las horas de arresto, de 36 a 72, así como un aumento en las multas que van de 10 mil hasta 20 mil veces la Unidad de Medida y Actualización (UMA) en el caso de falta grave o reincidencia, ¡lo que equivale hasta 2 millones 74 mil pesos!
“No se dice “ler”, se dice leer, corregía el 14 de noviembre de 2016, Andrea, una pequeña estudiante de primaria, al inútil secretario de Educación Pública del gabinete de Enrique Peña Nieto, Aurelio Nuño, quien como ridículo “aspirante presidencial” solía utilizar a los pequeños como escenario para su promoción personal en la prensa, generalmente rodeándose de infantes los lunes, para aprovechar los “honores a la bandera” que la clase dominante nos ha impuesto desde tempranísima edad para garantizar que cualquier tipo de disidencia sea considerada no como un natural desacuerdo con la política depredadora de la burocracia neoliberal, o de cualquier otro signo ideológico, sino como un asunto de traición a la patria.
La escuela autoritaria, promotora del aprendizaje memorístico y enciclopédico, que castra la capacidad crítica y creativa de los alumnos, a los que convierte en víctimas de una tortura emocional y mental de unas 6 horas diarias en promedio, inculca, impone “valores” y “conocimientos” generalmente obsoletos, mediante la amenaza de la reprobación y/o el abandono escolar.
Se trata de consolidar desde la escuela capitalista la desigualdad social prevaleciente, donde los estudiantes que no cuentan con el capital lingüístico y cultural de la clase dominante se vean en absoluta desventaja frente a sus escasos compañeros que sí lo tienen, y que transcurrirán por el laberinto del escalafón escolar sin la menor dificultad, no solo por las diferencias socioculturales, sino también, y primordialmente, económicas.
¿Cuánto tiempo tardará la diputada Ana Elizabeth Ayala en proponer -y sus correligionarios en aprobar- que se repruebe a los niños que se resistan a rendir honores a la cuarta transformación y recitar “correctamente”, es decir, de memoria, aunque no comprendan un carajo, los sacrosantos principios del obradorismo, multando con millones de pesos o encarcelando por 4 años a sus padres?
No le vendría mal a la diputada Ayala echar un vistazo a las películas “Jojo Rabbit” y “La Vida es Bella“, para que se aproxime al entendimiento, muy elemental por cierto, del daño terrible que ese tipo de educación rígida y doctrinaria puede provocar a la niñez, es decir, a los futuros adultos que, como ella, andan arrastrando esos estragos.