¿Traición a la patria? LA VERSIÓN NO OFICIAL. Por Jesús López Segura
“No me falte al respeto”, le dice a AMLO reportera de Telemundo presente en “La Matutina”
La histeria patriotera desatada por el affaire ecuatoriano ha dado lugar a pronunciamientos extremos, como el de acusar a Lilly Téllez de traición a la Patria, o el de otorgar la presea Belisario Domínguez al señor Roberto Canseco, el jefe diplomático que opuso resistencia a la aprehensión del exvicepresidente ecuatoriano dentro, pero también fuera de la embajada, es decir, en territorio ecuatoriano.
Es temporada de zopilotes, acostumbra decir don Andrés cada vez que los acontecimientos no se prestan estrictamente a sus deseos, en plena etapa electoral. Y ahora hay muchos acontecimientos que lo incomodan, como por ejemplo las preguntas que los moderadores del debate formularon, presuntamente emanadas de la ciudadanía y que ponen como lazo de cochino a su gobierno sin que su creatura, doña Claudia, se haya dignado a defenderlo, lo que según varios analistas de primer nivel, como Salvador García Soto, Raymundo Riva Palacio y Carlos Loret de Mola, entre otros, lo tiene muy enmuinado.
Para más joder, como diría Venancio, la candidata opositora ha solicitado formalmente al INE que suspenda las Matutinas, porque de plano el mandatario se pasa por el arco del triunfo todas las sanciones que le han impuesto, y sigue empecinado en usar la conferencia dizque “de prensa” -que en realidad es una corte de aduladores a sueldo-, para detractar a sus adversarios políticos, un día sí y el otro también, lo que constituye, en temporada de elecciones, o de zopilotes, un delito grave, según la propia legislación impulsada por el más grande infractor de la ley electoral de la época contemporánea.
Así que si solo le cancelaran la matutina le iría bien a don Andrés, con todo respeto, porque estrictamente, en un país civilizado, podría y debería ir a la cárcel por tratarse de un delito grave.
Anda muy irritable también AMLO desde que lo acusaron de “narcopresidente” en redes sociales, con 300 millones de mensajes en todo el mundo dice ahora, a instancias de sus adversarios políticos y del periodista que ha ganado dos “premios nobel”, como se refiere AMLO al Pulitzer, quizá por temor a pronunciarlo mal.
Y encima de todo esto, viene la reportera de Telemundo Vannesa Hauc, a espetarle en plena cara que, a pesar de sus promesas de darle prioridad a los pobres, resulta que, según la Conagua, es decir, de su propio gobierno, las comunidades vulnerables, o sea pobres, son las que más sufren por carencia del vital líquido, una de cada 3. ¿Por qué no ha hecho nada para remediar esta situación?
La apenas disimulada cólera del Presidente lo llevó, como de costumbre, a negar que se haya olvidado de los pobres, exaltando las cifras del INEGI -de las que dice sentirse muy orgulloso- porque consignan que 5 millones de pobres abandonaron esa condición en su gobierno, durante el cual también (como dato adicional) se abatió la desigualdad.
Sí, pero yo le estoy preguntando sobre la carencia de agua, le corrige la reportera, lo que calienta más al mandatario y lo lleva a su muletilla de costumbre, consistente en señalar que el medio para el que trabaja la periodista es conservador, aliado de sus enemigos y poco profesional. Solo le faltó decir que Telemundo es un “pasquín inmundo”.
No me falte al respeto, le responde por fin una periodista de tantas que han sido insultadas por este jefe de Estado que tiende a descalificar al medio donde trabajan quienes lo cuestionan, por mucho que introduzca sus agresiones verbales con la expresión “con todo respeto” y las remate asegurando que “respeta las opiniones en contra porque es un demócrata comprometido con la libertad y que la bronca no es con ella, sino con el medio donde labora”.
Ignoro sinceramente cómo le hizo don Andrés para lograr una solidaridad casi unánime en el affaire ecuatoriano, llegando al extremo de que su archienemigo, Luis Almagro, el ciertamente despreciable cacique conservador de la OEA, se empiernara en una promiscua y sorprendente relación afectuosa con él. Y me extraña, porque los antecedentes que dieron origen al asalto a nuestra embajada son todavía más bárbaros que el propio asalto .
Con la misma fuerza de la condena internacional por la “noboatada” del presidente ecuatoriano, absolutamente condenable desde cualquier punto de vista, debería reprobarse que el mandatario mexicano abrace a cárteles de la droga en su país, grupos criminales como los cárteles de Sinaloa y el de Jalisco Nueva Degeneración, que han invadido aquel país hermano sin que López Obrador les haya ofrecido disculpas (por no hacer nada para combatirlos e incluso prodigarles apapachos y no balazos), llegando al extremo de que asesinaron a un candidato presidencial, como ha quedado demostrado.
No conforme con esa deplorable actitud, el mandatario mexicano todavía tuvo la osadía de insinuar, en declaraciones públicas desde su conferencia matutina, que el asesinato del señor Villavicencio podría haber sido auspiciado por el presidente Noboa, quien se encontraba 10 puntos abajo en las encuestas respecto de la candidata correista, Luisa González, la favorita de AMLO, y que ese crimen fue el motivo por el que cayó, dado que se le atribuyó la autoría.
Villavicencio había prometido, por cierto, que combatiría con toda la fuerza del Estado a los grupos criminales emigrados desde México.
No fue fortuito que luego de esas ofensivas y cien por ciento injerencistas declaraciones de don Andrés, el gobierno de Noboa haya declarado persona non grata a la embajadora mexicana.
Para terminar de sazonar un conflicto armado artificialmente con el fin de concitar la solidaridad internacional y la “unidad nacional” que el propio AMLO se ha dedicado a destruir, todavía el mexicano se atrevió a amenazar con que enviaría un avión militar para traer a México al ex vicepresidente Jorge Glas -acusado de recibir millones de dólares de Odebrecht, entre otros delitos-, lo que llevó a Noboa a la torpe decisión de invadir nuestra sede diplomática y al imprudente señor Canseco a invadir el territorio ecuatoriano (la calle fuera de la embajada) tratando de impedir que la policía de aquel país aprehendiera a un delincuente.
La senadora Lilly Téllez está desgraciadamente muy mal asesorada y con frecuencia echa a perder su indiscutible valentía y buen juicio con acciones y discursos desatinados, pero pretender acusarla de traición a la patria, me parece un exceso propio de machones que no toleran la gallardía femenina, o de damas envidiosas y mediocres, como la aspirante a senadora por el Estado de México, la alcaldesa de Tecámac con licencia, Mariela Gutiérrez, o la morenista Mónica Fernández Balboa, que fincan su carrera política en besarle la mano al presidente en turno, ya sea en forma física o metafórica.