Estados Unidos podría caer en recesión debido a las deportaciones masivas de migrantes
Sectores clave, como la construcción y los servicios se verían gravemente afectados
La propuesta de Donald Trump de llevar a cabo deportaciones masivas de migrantes ha generado inquietud no solo por sus implicaciones sociales y humanitarias, sino también por su potencial impacto económico. Según un análisis de BBVA México, esta medida podría llevar a Estados Unidos a una recesión, afectando profundamente sectores clave como la construcción y los servicios, donde los migrantes desempeñan roles esenciales.
Dependencia económica de la migración
La economía estadounidense, caracterizada actualmente por una de las tasas de desempleo más bajas en décadas, depende de una fuerza laboral migrante que ocupa empleos frecuentemente rechazados por la población nativa. Sectores como la construcción (21% de los migrantes mexicanos), servicios profesionales (13.6%) y manufacturas (12.8%) sufrirían una contracción significativa en caso de implementarse las deportaciones masivas.
El economista en jefe de BBVA México, Carlos Serrano, subraya que estas medidas podrían provocar una recesión económica y un incremento de la inflación en Estados Unidos, dificultando la viabilidad política de dicha propuesta. Esto se debe, en parte, a que la expulsión de trabajadores migrantes reduciría la oferta laboral en sectores cruciales, lo que encarecería los costos de producción y servicios.
Migración como motor económico en Estados Unidos
Con 51.5 millones de migrantes residentes en 2023 (15.6% de la población estadounidense), de los cuales un 10.5% son indocumentados, Estados Unidos depende estructuralmente de la migración. Entre los 12 millones de mexicanos en el país, un tercio se encuentra en situación irregular. Este grupo no solo cubre vacíos laborales, sino que también impulsa la economía a través de su consumo y contribuciones al sistema fiscal, aunque no accedan a los mismos beneficios sociales que los residentes legales.
La propuesta de deportaciones masivas también tiene un trasfondo contradictorio: mientras se busca reducir la inmigración, Estados Unidos enfrenta un déficit laboral estructural en sectores como la agricultura, la construcción y los servicios, que podría agravarse al reducirse la mano de obra disponible.
Perspectivas para México: el ‘nearshoring’ como oportunidad
En paralelo, México enfrenta el desafío y la oportunidad de integrar a los migrantes retornados o en tránsito. Según Gabriela Rodríguez, titular del Consejo Nacional de Población (Conapo), el fenómeno de relocalización de cadenas de suministro (“nearshoring“) podría abrir espacios laborales para los migrantes. Esto sería crucial en un contexto donde México experimenta un envejecimiento poblacional que requiere renovar su fuerza laboral activa.
El desarrollo de parques industriales en diversas regiones del país podría convertirse en una alternativa viable para quienes buscan empleo. No obstante, este aprovechamiento exige políticas públicas coordinadas que faciliten la integración de los migrantes al mercado laboral formal, especialmente en sectores relacionados con la manufactura y la logística.
Conclusión: una política económica insostenible
Las deportaciones masivas propuestas por Trump, más allá de su retórica electoral, representan una amenaza para la estabilidad económica de Estados Unidos. Lejos de fortalecer la economía, podrían exacerbar problemas estructurales, como la inflación y el déficit laboral, y afectar sectores esenciales.
Por otro lado, México tiene la oportunidad de convertir la crisis migratoria en una ventaja económica a través del “nearshoring“. Sin embargo, esto requerirá una visión de largo plazo que combine políticas de inclusión laboral y una estrategia de desarrollo regional sostenible. La dependencia de Estados Unidos de su fuerza laboral migrante, sumada a las oportunidades que la integración de migrantes puede ofrecer a México, subraya la necesidad de enfoques pragmáticos y coordinados en ambos lados de la frontera.