La amenaza de Trump y el dilema de Sheinbaum. LA VERSIÓN NO OFICIAL. Por Jesús López Segura
En Sinaloa, Omar García Harfuch anuncia el decomiso histórico más grande de fentanilo
Las autoridades mexicanas informaron sobre el decomiso de más de una tonelada de fentanilo en dos operativos realizados en Sinaloa, estado controlado por facciones del cártel homónimo. A pesar de lo contundente del anuncio, las omisiones en los detalles y la falta de capturas en el caso más relevante revelan fisuras en la estrategia contra el narcotráfico.
En Guasave, dos hombres fueron detenidos mientras transportaban dos kilos de pastillas de fentanilo junto con armas y equipos de radiocomunicación. Sin embargo, en Ahome, donde se hallaron más de 1,100 kilos del opioide en propiedades aparentemente vinculadas al crimen organizado, no hubo arrestos, ya que los ocupantes lograron escapar. Este patrón recurrente de decomisos sin detenciones socava el impacto de los operativos, dejando intactas las estructuras criminales. Además, las autoridades no precisaron la fecha de los decomisos, lo que genera dudas sobre la oportunidad y veracidad del comunicado oficial.
La presión de Trump y su impacto regional
El anuncio de los decomisos coincide con declaraciones incendiarias del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, quien amenaza con imponer aranceles del 25% a productos mexicanos y canadienses, y del 10% adicional a bienes chinos, como medida para frenar el flujo de fentanilo y migrantes indocumentados. Aunque no está claro si Trump cumplirá estas amenazas, sus palabras han generado alarma en México y Canadá, países que ya enfrentan la presión de ajustar sus acciones en medio de un panorama geopolítico adverso.
Estos operativos, si bien destacados en cifras, reflejan más una estrategia mediática relativamente fallida que una acción integral contra el narcotráfico. Los decomisos sin detenciones clave ni golpes a las redes de distribución subrayan la debilidad institucional frente a una organización criminal que ha sabido adaptarse a las circunstancias. A su vez, las tensiones con Estados Unidos, exacerbadas por discursos incendiarios, plantean un desafío adicional para México, que debe equilibrar sus relaciones diplomáticas con una lucha interna que carece de resultados contundentes.
¿Son estos decomisos un paso adelante o un simple espejismo en la lucha contra el fentanilo? La respuesta dependerá de la capacidad del gobierno de Claudia Sheinbaum para enfrentar no solo a los cárteles, sino también a los sectores duros de un obradorismo empeñado en mantener los abrazos a la delincuencia organizada como política de seguridad garantizada por las fuerzas armadas, lo que impide desplegar una estrategia coherente tanto a nivel operativo, como mediático.
La durísima presión trumpista contra el gobierno mexicano arrincona a Claudia Sheinbaum y le deja muy poco margen y tiempo para tomar decisiones radicales que no van a caer nada bien en Palenque y sus hilos de poder en el Ejército, en Gobernación, en el Congreso y en el partido. Por eso insisto en que es un deber histórico cerrar filas con la Presidenta.