miércoles, marzo 26

“Abrazos y no balazos” ¿Simpatía por el Diablo? LA VERSIÓN NO OFICIAL. Por Jesús López Segura

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¿Simulando una estrategia “cristiana”, en realidad se encubrió el empoderamiento criminal?

Un reportaje revelador de Patricia San Juan Flores y Pablo Ferri para El País compara los primeros tres meses de gobierno de Claudia Sheinbaum con el inicio de la administración de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) en materia de seguridad, revelando enormes contrastes en operativos, decomisos y violencia. Estos son los principales datos:

Operativos y decomisos:

Operativos: Sheinbaum realizó 202, frente a solo 29 de AMLO.
Detenidos: 7,720 en la gestión de Sheinbaum, comparados con 31 en el mismo periodo de AMLO.
Decomisos de armas: 3,000 armas confiscadas bajo Sheinbaum, contra 26 en el inicio de AMLO.
Drogas: Se incautaron 665,000 kg de droga y 561,000 pastillas de fentanilo con Sheinbaum, frente a 31,337 kg de droga y 47,166 pastillas en el gobierno de AMLO.

La estrategia de Sheinbaum en seguridad, mejor que la de AMLO de "abrazos y bo balazos"

La estrategia de Sheinbaum en seguridad, mejor que la de AMLO

Víctimas de violencia:

Homicidios dolosos: Aunque elevados, disminuyeron de 8,591 bajo AMLO a 7,288 con Sheinbaum.
Feminicidios: También mostraron una leve baja, de 240 a 193.
Personas desaparecidas: Incrementaron significativamente, destacando el contexto de violencia heredado por Sheinbaum.

El panorama sugiere que, aunque Sheinbaum ha tomado medidas más agresivas que su predecesor, las bases del régimen criminal siguen intactas en vastos territorios. Esto resalta el legado de debilitamiento institucional dejado por el sexenio de AMLO, caracterizado por su lema “abrazos, no balazos,” que, según analistas, permitió la expansión del poder del crimen organizado.

AMLO usó el "abrazos y no balazos" para eludir combatir al narcotráfico

AMLO usó el “abrazos y no balazos” para eludir combatir al narcotráfico

El pacto implícito de impunidad bajo el gobierno de AMLO

La comparación entre los primeros 100 días de los gobiernos de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y Claudia Sheinbaum revela no solo diferencias en su enfoque hacia el combate al crimen organizado, sino también evidencia de un patrón más profundo: un pacto implícito de impunidad entre la administración de AMLO y las estructuras criminales. Este análisis no solo señala las cifras de operativos, decomisos y detenciones, sino que examina cómo la estrategia de “abrazos, no balazos” funcionó como una política que, lejos de disminuir la violencia, consolidó territorios bajo control del crimen organizado, debilitando al Estado y perpetuando un régimen criminal.

Cifras alarmantes y resultados incongruentes

Los datos son contundentes: mientras que en los primeros tres meses de AMLO se realizaron apenas 29 operativos, en el mismo periodo bajo Sheinbaum se llevaron a cabo 202, con un incremento masivo en los decomisos de droga y armas, así como en el número de detenidos. Por ejemplo, Sheinbaum reportó la confiscación de 665,000 kilogramos de droga frente a los 31,337 kilos incautados por AMLO. Asimismo, las pastillas de fentanilo decomisadas crecieron de 47,166 a 561,000.

Este contraste deja entrever que la administración de López Obrador no priorizó acciones concretas contra el narcotráfico. Más aún, la cifra de apenas 31 detenidos en los primeros tres meses de su gobierno resalta como una prueba de que su estrategia era no solo ineficaz, sino posiblemente diseñada para evitar un enfrentamiento real con las estructuras criminales.

La estrategia de Sheinbaum en seguridad, mejor que la de AMLO de "abrazos y bo balazos"

La estrategia de Sheinbaum en seguridad, mejor que la de AMLO de “abrazos y bo balazos”

“Abrazos, no balazos”: ¿una política de contención o de sometimiento?

El lema que definió el sexenio de AMLO no fue simplemente un eslogan; fue el eje central de una política que dejó intocado el poder de los cárteles. La justificación de “atender las causas de la violencia” fue utilizada como pretexto para justificar la inacción frente a la expansión territorial del crimen organizado. Lejos de debilitarse, las organizaciones criminales se consolidaron como actores políticos y económicos. La extorsión y el control social en regiones como Sinaloa, Tamaulipas y Michoacán son evidencia de cómo el Estado cedió su autoridad a estas estructuras.

Además, esta política parece haber permitido que los cárteles mantuvieran su funcionamiento intacto, a cambio de una reducción en los niveles de violencia directa hacia la población general. Esto no solo explicaría las cifras relativamente bajas de homicidios en el inicio del sexenio, sino también la ausencia de confrontaciones significativas durante gran parte de la administración de AMLO.

El impacto del pacto de impunidad

La política de López Obrador, más que pacificar al país, sentó las bases para un régimen criminal en el que los grupos delictivos no solo operan con libertad, sino que imponen su poder en vastos territorios. El experto Armando Vargas describe este fenómeno como “la anulación del poder del Estado a nivel territorial”, una situación que no surgió por casualidad, sino como consecuencia directa de la falta de voluntad para confrontar al crimen.

Este pacto implícito tiene implicaciones profundas. Por un lado, debilitó las capacidades institucionales: el sistema de justicia y las fiscalías locales permanecieron en un estado de parálisis, mientras los niveles de impunidad se mantuvieron por encima del 90%. Por otro lado, reforzó la percepción de que el Estado mexicano es incapaz de garantizar seguridad y justicia, alimentando el poder político, social y económico de los cárteles.

El narcotráfico controla México

El narcotráfico controla México

¿Cambio real o estrategia a corto plazo?

El gobierno de Claudia Sheinbaum ha adoptado una postura más activa, con un enfoque en “inteligencia e investigación” como ejes narrativos. Sin embargo, los resultados iniciales, aunque prometedores en términos de cifras, también despiertan dudas sobre su sostenibilidad. La historia reciente de México, particularmente durante el gobierno de Felipe Calderón, demuestra que las ofensivas iniciales contra el crimen organizado pueden ser ineficaces a largo plazo si no van acompañadas de un fortalecimiento institucional y una visión integral de la violencia.

Además, la concentración de esfuerzos en Sinaloa podría desatender otras regiones igualmente afectadas, perpetuando la fragmentación territorial y dejando intactos los mecanismos de extorsión y control social en gran parte del país.

La administración de Sheinbaum enfrenta el enorme reto de reconstruir las capacidades del Estado y recuperar territorios perdidos

La administración de Sheinbaum enfrenta el enorme reto de reconstruir las capacidades del Estado y recuperar territorios perdidos

Conclusión

El análisis de los primeros 100 días de Sheinbaum pone de manifiesto que el gobierno de AMLO no solo falló en garantizar la seguridad de los ciudadanos, sino que posiblemente optó por un pacto de no agresión con el crimen organizado, renunciando a su deber de proteger al país. Este pacto no solo permitió el fortalecimiento de los cárteles, sino que minó las bases del Estado de Derecho en México. Ahora, la administración de Sheinbaum enfrenta el enorme reto de reconstruir las capacidades del Estado y recuperar territorios perdidos, una tarea que, sin una estrategia integral, corre el riesgo de perpetuar el ciclo de violencia e impunidad que define la crisis de seguridad en el país.

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