Es la hora de cerrar filas con la Presidenta. LA VERSIÓN NO OFICIAL. Por Jesús López Segura

Sin titubeos todos debemos apoyar a una mandataria acosada desde dos grandes frentes
Tiene, si no toda, por lo menos algo de razón el compañero Presidente de la Cámara de Diputados, Gerardo Fernández Noroña, cuando afirma que los opositores regatean el apoyo a la Presidenta Sheinbaum en momentos clave de definición, cuando todo México debería desbordarse en un respaldo incondicional. Más bien se dedican, acusa Noroña, a detractar a su movimiento.
Pero un mínimo de congruencia de este controvertido diputado debería haberlo motivado a bregar en su bancada para devolverle a la iniciativa presidencial contra el nepotismo y la no reelección el carácter original que le imprimió doña Claudia, en vez de avalar la canallada de los senadores de batear esa encomiable iniciativa hasta el 2030, cuando Sheinbaum dejará el poder.

Noroña pide apoyo incondicional a Sheinbaum cuando él no apoya sus iniciativas
¿Cómo se atreve este porro legislativo a criticar falta de apoyo a la Presidenta cuando él y sus secuaces le clavaron ese puñal en la espalda?
También hay algo de razón en la narrativa trumpiana de que muchos países subdesarrollados, tercermundistas, periféricos, en vías de desarrollo o como quiera que se les haya venido definiendo durante la prolongada era del saqueo imperial, han abusado de los Estados Unidos al enviar huestes de indocumentados a su territorio y toneladas de drogas, así como beneficiándose de programas de ayuda provenientes, sobre todo, de administraciones demócratas.
Lo que el mandatario Ku Kux Klan omite mencionar es que quienes nos robaron con los escandalosos mecanismos del “intercambio desigual”, durante décadas de mandarnos su chatarra industrial a cambio de nuestras preciosas materias primas, y explotando nuestra muy calificada mano de obra, fueron ellos, los gringos, quienes nos han impuesto sus modelos de desarrollo consumista y su pervertido paradigma de democracia de mercado, entre otras lindezas como el atraco monumental de la mitad de nuestro territorio y la imposición de dictaduras militares en el cono sur, o el cobarde bloqueo comercial a Cuba, por mencionar solo algunos ejemplos de la rapiña inconmensurable que los hizo “grandes” a nuestras costillas.

Trump continúa con su política de aranceles a México
Dice el energúmeno naranja que está cansado de que le robemos y que por eso impone los aranceles, cuando todo el mundo ve con absoluta claridad -excepto desgraciadamente nuestra bien intencionada mandataria-, que lo que le preocupa en realidad es su convicción de que el gobierno actual de México (su patio trasero) esté dominado por los narcos, y usa los aranceles como una forma de presión para que la administración claudista se decida, de una vez por todas, a sanear su casa, cuando él mismo es incapaz de abordar su propia pesadilla, es decir, afrontar el tema del consumo de fentanilo en su país, y la venta ilegal de armas a criminales dentro y fuera de Arancelandia.
Debemos cerrar filas con Sheinbaum, independientemente de filiaciones ideológicas o partidistas, pero no mediante el deplorable y contraproducente método del acarreo para protagonizar eventos multitudinarios, al legendario estilo de la Cuba de Fidel, sino haciéndole ver que cuenta con el apoyo del pueblo de México para enfrentar los dos enormes desafíos que la mantienen en un estado catatónico: La ira del principal líder del terrorismo comercial internacional, Donald Trump, y la hipocresía inaudita de quienes se comprometieron a combatir la corrupción y a barrer las escaleras de arriba hacia abajo, pero terminaron convirtiéndose en los nada discretos aliados de los grandes empresaurios y capos de la mafia del poder.