“México le roba agua a Texas”, acusa Trump y amenaza con Aranceles. Al Grano. Por Jesús López

Fran Drescher, “La Niñera” dice admirar a Sheinbaum. Claro: cabeza fría ante los berrinches del buleador
Con la sutileza de un tractor oxidado y el cinismo de quien olvida la historia a conveniencia, Donald Trump volvió a las andadas. Esta vez, su nuevo berrinche arancelario tiene otro pretexto: el agua del Río Bravo. Acusa que México se la está robando a Texas, ese mismo estado que —no está de más recordarlo— nos arrebataron a punta de bayoneta y papel mojado en tratados del siglo XIX.
La presidenta Claudia Sheinbaum, rompiendo su propio protocolo de esperar a la mañanera, reaccionó con una prontitud inusitada al nuevo arrebato del magnate del copete ridículo. A través de redes sociales, y con un tono que mezcla diplomacia con resignación, aseguró que se llegará a un acuerdo, como si Trump respetara alguno cuando está en modo “rabietas comerciales”.
Porque lo cierto es que Trump no necesita razones, solo excusas: hoy es el agua, ayer fue la migración, mañana será la velocidad del viento que le arruina el peinado. La amenaza de imponer aranceles y sanciones vuelve a sobrevolar la relación bilateral como un buitre electoral, justo cuando al republicano le urge demostrar que puede doblar a México sin siquiera sentarse a negociar.
Sheinbaum, por su parte, asegura que ya se mandó una “propuesta integral” al Departamento de Estado para cumplir con el Tratado de Aguas de 1944 —ese mismo que ha sobrevivido guerras, crisis económicas y presidentes más cuerdos. Pero ni eso basta cuando el vecino del norte juega a ser sheriff de frontera con pistola de arancel.
El colmo es que México sí ha estado entregando agua, dentro de lo posible, en medio de una sequía de tres años. Pero, como siempre, la realidad estorba cuando lo que se busca es montar un show político. Y Trump, experto en convertir la ignorancia en estrategia, ha encontrado en el Río Bravo otro caudal para alimentar su retórica incendiaria.
Así que ahí vamos otra vez: mientras México intenta sentarse a dialogar, el exmandatario juega con la amenaza del castigo económico como quien azota una puerta porque no le sirvieron el desayuno a tiempo. ¿Y la historia? Esa la reescriben al gusto, olvidando que Texas fue arrancado a la fuerza y que el agua, como el respeto, debería fluir en ambas direcciones.
No extraña en absoluto que Fran Drescher, la protagonista de la serie “La Niñera” diga que admira a la presidenta Sheinbaum y que quiere conocerla. No cualquiera puede mantener la cabeza fría ante los berrinches del mandatario Ku Klux Klan.